Unos días después de su temprana derrota frente a Gael Monfils en el Masters 1.000 de Shanghái, el suizo Roger Federer anunció que la relación profesional con el estadounidense Paul Annacone concluía por ”mutuo acuerdo”, después de tres años y medio de trabajo.
En ese período, Federer ganó un torneo de Grand Slam (Wimbledon 2012 ) y recuperó momentáneamente el #1 del ranking mundial. Pero, como en la mayoría de los deportes, cuando hay una baja de rendimiento y no se consiguen los resultados esperados, todas las críticas recaen sobre un único responsable: el entrenador.
Annacone fue entrenador de Pete Sampras, a quien ayudó a conseguir 9 de sus 14 títulos de Grand Slam y también trabajó con Tim Henman, con bastante éxito. El trabajo de entrenador de un tenista profesional no se caracteriza por su estabilidad, pues aquella depende de resultados, no importa la trayectoria.
Y los resultados de Roger en este 2013 no han estado a la altura de sus expectativas, su ranking ha caído hasta el séptimo puesto, poniendo en peligro su clasificación al Torneo de Maestros de fin de año, lo que cortaría una racha de 11 presencias consecutivas.
El suizo, definitivamente, no ha sido el de otras temporadas y ha sufrido algunas derrotas inesperadas y dolorosas, como en la segunda ronda de Wimbledon contra el ucraniano Sergyi Stakhovsky y la cuarta ronda del Abierto de los Estados Unidos, a manos del español Tommy Robredo.
Federer cumplió 32 años y se podría deducir que la edad sea la causa de la baja en su rendimiento, pero él se niega a rendirse al paso del tiempo y está permanentemente buscando soluciones y alternativas que le permitan volver a la cima, como cuando después de Wimbledon experimentó con una raqueta con cabeza más grande, es decir, con un área de golpeo mayor, y que debía proporcionarle mayor potencia, pero el experimento fue dejado de lado, al menos por el momento.
Federer no se ha caracterizado por tener una relación dependiente con
sus entrenadoresEl helvético ahora realizó una modificación en su equipo técnico, del cual Annacone era el líder, pues su otro entrenador, el actual capitán del equipo suizo de Copa Davis, Severin Luthi, continuará trabajando con él, al igual que su preparador físico, Pierre Paganini.
Durante su carrera profesional, Federer no se ha caracterizado por tener una relación muy dependiente con sus entrenadores, como el español Rafael Nadal con su tío Toni, por ejemplo, incluso pasó largos períodos sin un entrenador personal, en ocasiones, asistido por su esposa Mirka Vavrinec, extenista profesional.
El entrenador que más marcó a Federer fue el australiano Peter Carter, quien falleció en un accidente automovilístico en julio de 1998, unos días después de que Roger ganara el torneo juvenil de Wimbledon.
Pero quien guió sus primeros pasos en el circuito profesional fue el sueco Peter Lundgren, un exjugador profesional que llegó a ser el número 25 en el mundo. Comenzaron a trabajar juntos a finales de 2000 y se separaron al concluir la temporada 2003, cuando Federer ya era el número 2 del ranking ATP y se había convertido en un jugador muy ordenado y disciplinado, dentro y fuera de la cancha.
Ambos citaron el desgaste de la convivencia diaria como la causa de la ruptura y Roger declaró que continuaría su carrera sin un entrenador particular.
Ya en febrero de 2004, Federer asumía por primera vez el primer lugar del ranking mundial y se mantuvo sin un entrenador oficial hasta 2005 cuando contrató los servicios del australiano Tony Roche, con el objetivo de ganar Roland Garros, el único torneo de Grand Slam que le faltaba.
Roche trabajaba con Federer solamente entre 12 y 15 semanas al año y se mantuvieron juntos dos años y medio, hasta mayo de 2007.
De esa fecha hasta abril de 2008, el suizo no tuvo un entrenador permanente, aunque en ciertos torneos lo acompañaba Severin Luthi.
En abril de 2008 contrató al español José Higueras, exnúmero 6 del mundo en 1983, que tuvo sus mejores resultados sobre canchas de arcilla. En su palmarés de entrenador constan los triunfos de sus pupilos Michael Chang y Jim Courier, en el Abierto de Francia, justamente el trofeo que le faltaba a Roger en sus vitrinas.
Pero no se cumplió la meta, Federer perdió la final de Roland Garros contra Nadal y ambos se separaron a finales de ese mismo año.
En 2009, Luthi volvió a acompañarlo en algunos torneos, hasta que contrató a Annacone a comienzos de 2010.
En este momento, todo apunta a que Severin Luthi asumirá un papel más preponderante como entrenador de Roger, pero esto estará sujeto a una sustancial mejora en su rendimiento, caso contrario, seguramente habrá más cambios en su equipo de trabajo, como siempre, comenzando con el entrenador.