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El Telégrafo

Río+20 y la propuesta ecuatoriana (I)

25 de junio de 2012

En la Cumbre de Rio de 1992 se elaboró la Agenda 21 que señaló los principales problemas ambientales, un programa de acción para alcanzar el desarrollo sustentable que incluye  aspectos ambientales, económicos y sociales. En los primeros principalmente están reducir los problemas ambientales mundiales (cambio climático, pérdida de biodiversidad, desertificación, etc.), conservación de los ecosistemas y gestión de los recursos naturales. En lo social, se propuso la reducción de la pobreza y fomento de políticas sociales y, en lo económico, el cambio de los patrones de producción y consumo que impactan sobre el medio ambiente.

Sin embargo, a pesar de que en la Cumbre de Johannesburgo de 2002 se reafirmó el plan de acción de Río, los problemas ambientales mundiales se han agravado; la pobreza, extrema pobreza (un billón de personas) y desnutrición (14%) mundial sigue aumentando y los patrones de producción y consumo continúan generando destrucción de  recursos naturales y contaminación.

La tierra se encamina a una hecatombe ecológica y mayor destrucción de la naturaleza provocada principalmente por los países industrializados. El informe del Club de Roma es lapidario, pues pronostica que, en 2052, la contaminación se agravará y la temperatura aumentará (cambio climático), subirá el nivel del mar, el ártico se derretirá, etc. La causa de estos problemas lo ven en el crecimiento desaforado que no respeta los límites de la naturaleza y del desarrollo sustentable.

El documento de RÍO+20 vuelve a reiterar en lo planteado en la Cumbre de la Tierra enfatizando la necesidad de alcanzar el desarrollo sostenible con equidad e inclusión, ir hacia una economía verde y erradicar la pobreza. Para ello plantea algunas acciones ambientales: sostenibilidad en turismo, transporte y ciudades, protección de océanos y mares, seguimiento del cambio climático, deforestación y pérdida de biodiversidad, desertificación, control de uso de químicos y desechos y cambios en la producción y consumo de forma sostenible, explotación racional de minas, etc. Sin embargo, esto es una declaración de principios y no hay metas específicas.

La propuesta ecuatoriana, expuesta por el Presidente de la República, se basa  en: cambio del modelo de producción y consumo por el  del buen vivir que consiste en satisfacer las necesidades básicas respetando la naturaleza, lo que implica establecer los derechos de la naturaleza; responsabilidad social, esto es, lucha contra la pobreza y una dimensión cultural que exige adoptar hábitos y costumbres para el respeto del medio ambiente y recursos naturales. También propuso la iniciativa Yasuní que plantea no explotar el petróleo, en la zona de dicha reserva, para no contaminar y a cambio exige una corresponsabilidad mundial (aportes monetarios).

La destrucción de la naturaleza está relacionada con el modelo económico vigente por las pautas de producción y de consumo que depredan los recursos naturales y generan contaminación. Los mercados y los poderosos intereses atentan contra el desarrollo sostenible. La política ambiental permisiva no contribuye a enfrentar el problema. La propuesta ecuatoriana plantea un salvataje a la naturaleza antes de que sea tarde.

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