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Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
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El Telégrafo
Juan Cárdenas Espinoza

Columnista invitado

Revolucionarios ejemplares

Columnista invitado
25 de marzo de 2014

Dos ilustres ciudadanos del Austro han dado lo mejor de su formación ideológica y ejecutorias a la Revolución Ciudadana. Fernando el ‘Corcho’ Cordero lideró la Constituyente de Montecristi en horas críticas, cuando el temor reverencial a la derecha se confundió con pluralismo, dando el golpe de timón virtuoso que alumbró la nueva Constitución. Siguió en la brega defendiendo la seguridad social como un irrenunciable derecho del soberano desde su visión socialista del siglo XXI.

Carlos Marx Carrasco le da al actual proceso político el contenido ideológico de izquierda revolucionaria. Sabe con claridad hacia dónde va el Ecuador. Con absoluta lealtad a la dialéctica ejerció la dirección de la política tributaria con ejecutorias que han marcado récords de recaudación de impuestos, sin que hayan aumentado para la inmensa mayoría de compatriotas. Solo se dedicó a cobrar a los que nunca pagaron.

Aplicó el concepto de ‘precios de transferencia’ para que tributen los grandes evasores del comercio externo que triangulaban sus exportaciones con paraísos fiscales. Su presencia en foros internacionales marcó la huella de su didáctica revolucionaria que se convirtió en textos de consulta. Elevó el valor del funcionario tributario comprometiéndole a una gestión estratégica para la buenasalud económica del Ecuador, previniéndole que de su desempeño depende el financiamiento del Buen Vivir.

Ha concluido su ciclo en el SRI. Con la sencillez de toda su vida podrá mirar hacia atrás y comprobar que ha dejado una huella profunda en una entidad que se lleva los mejores estándares en calidad y servicio. Antes de él se decía: ‘Solo los tontos pagan impuestos’; ahora la consigna es: ‘Solo los tontos no pagan sus impuestos’. Su norma fue cobrar tributos en la justa medida: ni un centavo más, tampoco un centavo menos. El país reconoce su académico y transparente desempeño.

Ahora va al Ministerio de Relaciones Laborales, donde podrá aplicar los conocimientos jurídicos que tuvo que adquirir para que no le metan gato por liebre. Esperamos su brillante gestión al frente del ente rector de las relaciones obrero-patronales, eso sí, cargándose un poquito a la parte más débil de esa relación por definición ideológica.

Felicitaciones a tan eméritos ecuatorianos que constituyen la indispensable reserva moral, ética e ideológica para el servicio a la patria de todos.

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