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El Telégrafo

Repudio mundial al espionaje imperialista

17 de julio de 2013

El excolaborador de la CIA Edward Joseph Snowden es considerado por el gobierno de Obama como prófugo de la justicia; ¿de qué justicia?, la del imperio que viola a diestra y siniestra los derechos humanos como en las cárceles de Guantánamo, que agrede a los países, les impone bases militares, los espía, aun a aquellos que como Francia, Portugal, España e Italia, que tienen gobiernos sometidos a sus designios como lacayos y orientan su política exterior con viejas ideas del colonialismo europeo, que masacró a nuestros pueblos, robó buena parte de sus riquezas y  aún sueña con prácticas de rapiña para explotarlos.

Es lo que se evidenció con el reciente secuestro y agresión a Evo Morales; hecho vandálico internacional que viene precedido de la acción valiente del joven agente, que al verse inmerso en acciones perversas de su gobierno, reaccionó en beneficio de los pueblos que quieren vivir en paz, sin invasiones, guerras ni terrorismo; sin bloqueos ni golpes de Estado.

Uno y otro caso han servido para un nuevo despertar de pueblos y gobiernos democráticos que en todos los foros han repudiado el hecho criminal contra América Latina, representada por el  luchador boliviano; han ratificado su apoyo a los derechos humanos, libre expresión e información, por lo que han ofrecido protección a Snowden.

El espionaje masivo y sistemático yanqui afecta las libertades individuales, y el contenido de los correos electrónicos de los ciudadanos, empresas y autoridades de cualquier país, en cualquier momento, puede entregarse a una de sus agencias de espionaje y represión.

El joven norteamericano,  con pleno conocimiento, ha señalado: “El Gobierno de los EE.UU. ha montado el mayor sistema de vigilancia del mundo. Este sistema global afecta a toda vida humana vinculada a la tecnología;  grabando, analizando y sometiendo a un juicio secreto a cada miembro del público internacional. Supone una grave violación de los derechos humanos universales, cuando un sistema político perpetúa el espionaje automático, generalizado y sin garantías contra personas inocentes”.

Brasil ha reaccionado, busca protegerse con una ley que obligue a las empresas de Internet a que almacenen sus datos generados en Brasil, dentro del país y no con sus servidores en el extranjero. Buena iniciativa que debe ser copiada por nuestros países.

Estos hechos no son nuevos, nos recuerda Watergate con el espionaje telefónico contra los demócratas que tiró por los suelos la supuesta ética y moral del periodismo y gobierno, y lo sacó del poder al presidente republicano Richard Nixon en 1974. Este hecho es muy inferior en gravedad al reciente que no se lo puede librar de culpa con el pueril argumento de que “otros también lo hacen”.

Por cierto que, más allá de lo dicho, están los apetitos energéticos, petroleros y militares. Solo hay una respuesta práctica, amén de la protesta y repudio mundiales: la lucha de los pueblos por su liberación; y, en América Latina, la consolidación de la OEA sin gringos, esto es la Celac,  y las tareas de construcción de la Patria Grande Bolivariana para hacer causa común contra el imperio y por el desarrollo y la paz.

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