El líder socialcristiano ha puesto nuevamente en debate público la propuesta de tener una “república federal y unida” ya que considera que ese momento ha llegado, tal vez impulsado por las catastróficas consecuencias del reciente paro del movimiento indígena convocado por la CONAIE; aspecto que, relacionado a la actitud de la alcaldesa de Guayaquil, no deja de tener una cierta arrogancia regionalista y racista. En síntesis, propone mantener un Estado central y fortalecer los Estados locales para que administren las rentas que les corresponde y puedan generar otras nuevas con las que puedan gestionar su territorio de acuerdo con la cultura y costumbres de sus provincias.
Una república federal supone que cada Estado federado está dotado de autonomía política, administrativa y normativa con instituciones de gobierno propias. La débil y precaria capacidad institucional de la mayoría de los GAD fraccionados y heterogéneos que apenas mal administran servicios tornan inviable el federalismo al menos en el corto y mediano plazo. Por otra parte, ¿por qué suponemos que la división política provincial es la adecuada para establecer una república federal?
Criterios como vocaciones económicas territoriales, recursos naturales, hídricos, tamaño de población, corredores económicos y de infraestructura pueden ser más apropiados. Se agregan otros problemas de mayor magnitud como los sociales y económicos: con datos cantonales de 2019 (BCE) el 70% del PIB nacional se concentra en 10 ciudades y el restante 30% en 211 ciudades. El 70% de las empresas grandes que generan el 40% del empleo formal están concentradas en 3 ciudades. En recaudación, con serie de datos de 5 años (SRI), Quito es la ciudad que más recauda en términos per cápita ($2.600), luego 50 ciudades recaudan entre 2 y 20 veces menos esa cantidad, otro grupo de 94 ciudades entre 20 y 60 veces menos y por último unas 80 ciudades entre 60 y 220 veces menos (x ej, Palenque $12). Con datos crediticios cantonales de la S. Bancos, se establece que el crédito en Quito y Guayaquil va de $4.000 a $5.000 per cápita, en adelante las diferencias son de 2 a 20 veces menos ese promedio en 135 ciudades, y entre 20 y 107 veces menos en 90 ciudades (Taisha $46). La tasa neta de matriculación a la educación superior (población entre 18 y 24 años) más alta promedia el 28% en Loja, Quito y Rumiñahui; las más baja está en Pucará o Colimes con el 2%. Sólo en estas 3 variables: recaudación, crédito y capital humano, el país en sí mismo es inviable por su abismal grado de desigualdad más allá de la forma de organización política del Estado.
Una república federal tiende a mayor concentración por el empuje de las ciudades de mayor riqueza. ¿Se requiere un cambio?, por supuesto. Diseñar una estrategia de desarrollo y convergencia territorial mediante fondos de cohesión territorial y fortalecimiento institucional que permitan acortar las brechas en un proceso sostenido de largo plazo, para empezar.