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El Telégrafo
Fabrizio Reyes De Luca

Reflejo desolador

16 de julio de 2015

Una retrospectiva nos ayuda a entender mejor lo que está pasando en Grecia, pues resulta que en 2001 ingresó a la zona euro comprometiéndose a cumplir con los indicadores macroeconómicos que se exigen para pertenecer a la unión monetaria.

Los datos presentados de su déficit público y su nivel de endeudamiento no se ajustaron a la realidad de su economía y, por tanto, las empresas calificadoras de riesgos no lograron identificar esos detalles que el Gobierno ocultó magistralmente. Para 2009, la economía de Grecia presentaba una situación inocultable al registrar un déficit fiscal equivalente al 13% del PIB, en tanto, la deuda pública se disparó en un 113% del PIB, las reservas de divisas, el pobre crecimiento económico y el déficit presupuestario, pusieron en evidencia que se estaba al borde de un colapso. Pero el Gobierno, acorralado por la situación económica, decidió llegar a un acuerdo con la Unión Europea y el FMI, tendente a obtener una ayuda financiera en el orden de los $ 110 billones de euros, condicionado a que se ejecute un recorte presupuestario de $ 30 billones en un período de 3 años, a partir de 2010.

La cuestión es que Grecia entró en una situación compleja en el manejo de su déficit fiscal y un nivel de deuda inmanejable de casi 200% del PIB, lo que ha obligado al FMI a sugerir como condición que, para involucrarse en un rescate, es obligatorio que la deuda disminuya hasta un 120% del PIB de cara a 2020, lo que al Gobierno le parece un compromiso inalcanzable, y coloca a ese país en una situación de humillación.

Cuando Grecia fue declarada en recesión económica, en mayo de 2010, se plantearon múltiples opciones de rescate que generaron un gran optimismo, al extremo que pintaban una disminución del déficit, la reducción de la deuda, equivalente al 150% del PIB en 2013, y el regreso al crecimiento, con salida de la recesión en 2012.

Sin embargo, nada de eso ocurrió, ya que el 27% de desempleo, los elevados niveles de inflación y la expansión de la pobreza en un 35% fueron los resultados de la política económica de austeridad con fuertes medidas estructurales que han expoliado a su pueblo.

Hoy, las cosas resultan más dramáticas, si se pondera lo que ha establecido el FMI, que de cara a 2018, Grecia requerirá de una financiación de 50.000 millones de euros.

La crisis por la que ha transitado Grecia es un reflejo desolador que retrata una situación de consecuencias devastadoras, tanto para la zona euro como para la economía mundial, dado los fracasos de sus diversos planes de rescate, los cuales han sido perturbadores para la estabilidad sociopolítica, si se toma en consideración que se ha establecido en $ 11.500 millones los recortes para los próximos dos años.

Cabe entonces la reflexión de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía: “Los griegos podrían lograr la oportunidad de modelar un futuro que, aunque quizás no tan próspero como el pasado, es mucho más esperanzador que la inconsciente tortura del presente”. (O)

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