Los datos del INEC muestran que la pobreza total disminuyó entre 2006 – 2011 en 9 puntos. Entre diciembre de 2010 y 2011, medida por ingresos, bajó 4 puntos alcanzando 32,8%. O sea un tercio de la población es pobre en el país. Adicionalmente, en el primer período, la desigualdad disminuyó (el Índice de GINI, pasa de 0,54 a 0,47, que significa que a menor índice hay menos concentración del ingreso). Aún más, el desempleo bajó un punto, de 6,1% a 5,1% y el subempleo pasó de 47,1% a 44,2% entre diciembre de 2010 y 2011. Estos datos son alentadores, pues significa que hay menos pobres, menor desigualdad y menos subempleados.
En las presidencias de Brasil (ene/2003 – ene/2011), Lula aplicó una amplia política social (aumento del salario mínimo por arriba de la inflación, programa Bolsa Familia -subsidio monetario a más pobres con metas de educación y salud-, incremento del gasto social dirigidos a pobres, programa de vivienda, universalización de la enseñanza básica, reforma agraria con reparto tierra, etc.) sacando de la pobreza a 20 millones de brasileños. ¿Cómo fue posible esto? Alto crecimiento impulsado por la demanda interna (inversión y consumo) y externa (elevados precios de commodities), que incrementó el empleo, aumento de la participación de los asalariados de 31 a 35% en PIB, superávit comercial, baja inflación, cambio de rumbo de la política comercial hacia los países BRIC, etc. Se derriba otro mito ortodoxo que primero hay que crecer para distribuir. Además, aplicó una política de participación ciudadana para el diseño de políticas públicas. Pero faltaron reformas estructurales y cambio del modelo de desarrollo. El Partido de los Trabajadores (de Lula) sigue en poder.
El Gobierno de Correa ha aplicado una fuerte política social, aumentando los gastos en educación, salud y vivienda. El valor del Bono de Desarrollo Humano subió (réplica de Bolsa Familia), hay gratuidad en la educación (además entrega de libros y uniformes gratuitos) y salud. Escuelas del milenio, desayuno escolar, programa apoyo a la discapacidad, programa socioproductivo, incremento del salario mínimo por arriba de la inflación, compras públicas a microempresas y artesanos, etc. Estos resultados han sido posibles por el crecimiento promedio de 4,2% (2006-2011), influido por altos precios de commodities, incluso con crisis financiera internacional. Se ha priorizado lo social, hay mayor inclusión económica-social.
A pesar de la política social agresiva, los datos muestran que pobreza (4’750.587), subempleo (1’969.571), desigualdad y delincuencia son los principales problemas sociales del país (de largo plazo). Hemos avanzado en términos sociales pues, entre diciembre de 2010 y 2011, el número de pobres se redujo en 650.000 personas, los desempleados urbanos en 76.988 y los empleados urbanos aumentaron en 150.977. Pero no nos engañemos, para que la pobreza, el subempleo y desigualdad sigan disminuyendo se requiere un crecimiento sostenido y alto, difícil de alcanzar por vulnerabilidades externas del país. Es necesario aplicar reformas estructurales, cambiar el modelo de desarrollo y profundizar las políticas sociales y de empleo activas.