Hemos entrado a la última milla de la campaña electoral y resulta reconfortante escuchar a todos los opositores ofrecer hacer más y afirmar ser los compañeros en la segunda vuelta. Renegociar mejor las deudas con China, fortalecer el emprendimiento con créditos al 1% de interés anual.
El Estado ecuatoriano aporta al PIB de forma directa el 40%. La realidad positiva de 6 años de sostenida gestión exitosa es ya innegable, ahora solo les queda fundamentar sus críticas, al decir que este Gobierno ineficiente podría haber hecho mucho más de lo realizado, logros de este proyecto revolucionario emblemático de economía solidaria.
Hemos roto los paradigmas, creando el Plan Nacional del Buen Vivir, el gobierno electrónico por resultados y toda la sinergia productiva para hacer mejor lo que el sector privado se resiste a ejecutar, mayores inversiones en sectores estratégicos y tradicionales con calidad exportable, según la nueva matriz energética y productiva. El propio Gobierno es el primero en reconocer que todavía hay mucho por hacer y corregir. La realidad es que estamos en el camino correcto.
Las grandes promesas mágicas son la reducción de impuestos y permitir la venta y consumo de licor los domingos, la gran pregunta es: ¿para quiénes? y la respuesta es lacerante: para los mismos de siempre. Los más ricos, por ejemplo: impuesto a la salida de capitales, que favorece la fuga de capitales al exterior y los consumos del turismo externo y estudios privados en el exterior. El impuesto al IVA e ICE están dentro de los más bajos del área y el impuesto a la renta empresarial es competitivo, los “impuestos verdes” están focalizados para mejorar la calidad de los combustibles, se debe reducir la contaminación ambiental, el impuesto a la tierra agrícola todavía no está en vigencia, se debe penalizar la improductividad, la especulación y plusvalía sin trabajo de sus propietarios los terratenientes.
Entonces, ¿cuál es la verdad? Las clases populares y medias tienen una carga tributaria muy baja con tendencia a cero hasta los $ 1.000 mensuales de ingresos. Al reducir los impuestos, ¿de dónde saldrán los recursos para sostener toda la obra pública?; el mayor volumen de inversión, que ahora se compromete realizar, lo inexplicable es cómo lo harán. Para conservar todo lo ganado, debemos votar todo 35 para Presidente y asambleístas.