Cable News Network (Cadena de Noticias por Cable), mejor conocida como CNN, fue la primera cadena de televisión estadounidense en cubrir noticias las 24 horas del día. Fue fundada en 1980 por Robert Edward Turner.
Prolijo hombre de negocios, fue durante mucho tiempo el mayor terrateniente de Estados Unidos, hasta que John C. Malone lo sobrepasó el año pasado. Utiliza sus inmensos dominios para la cría del bisonte americano, con cuya carne provee a Ted’s Montana Grill, cadena de restaurantes de su propiedad.
No conozco, y no me interesa conocer, cómo diablos Time Warner es ahora propietaria de CNN, y si este Marco Licinio Craso resucitado también traspasó o no el dominio o propiedad de sus 15 cadenas de televisión de cable y satélite, doce sitios web y dos cadenas de radio.
Un día cualquiera se le ocurrió donar mil millones de dólares a la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Pero ese dinero no ingresó a dicho organismo internacional, sino que es administrado, de manera totalmente independiente, por la Fundación de las Naciones Unidas, una institución de derecho privado que preside el mismo donante, don Robert Edward Turner.
La Misión que Turner escogió para CNN subsiste y está muy activa en estos días, aun cuando él ya no figure en el directorio de la empresa; apoyar decididamente a las fuerzas de la extrema derecha dentro de los Estados Unidos y atacar sistemáticamente a todo gobierno progresista, de cualquier parte del planeta, que no se subordine a las recetas del Fondo Monetario Internacional.
CNN es la campeona mundial de la desinformación burda y mañosa, sobredimensionando cualquier hecho espurio e irrelevante. La Voz de América (Voice of America, VOA), que es el servicio de radio y televisión internacional del Gobierno de los Estados Unidos, no tiene el desparpajo de la CNN.
Al delito común que habrían cometido empleados de tercer nivel del Consejo Nacional Electoral, perversamente, se le quiere dar el giro de que es dirigido y orquestado por el gobierno del compañero presidente Rafael Vicente Correa Delgado.
Al representante de una de las tantas fracciones electoreras que aún no están reconocidas como movimiento político, pero que ya tienen candidatos a la Presidencia de la República, le dieron una cobertura que duró cinco veces más que el tiempo concedido al presidente del Consejo Nacional Electoral para informar sobre este desaguisado.
Además, el entrevistador de CNN, de modo zafio ayudaba a ese ciudadano, con preguntas sugeridoras para obtener las respuestas con las cuales deseaban llegar a quienes ven ese canal de cable pagado, que felizmente no son los millones de pobres del Ecuador que sostienen y defienden a la Revolución Ciudadana.
La Fiscalía General, que ejerce y representa la vindicta pública, debe iniciar inmediatamente una indagación previa para descubrir a los responsables del hecho ilícito que se habría cometido. Y llamar a declarar a la biliosa y atrabiliaria asambleísta que dijo públicamente que a ella le ofrecieron listas de firmas por un valor determinado.
Al negocio de la desinformación que se llama CNN hay que enfrentarlo. No hay por qué temerle.