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El Telégrafo

¿Quién es el enemigo?

02 de julio de 2013

Usted, señora, que escucha las noticias en la radio y en su fuero interno no aprueba alguna acción del gobierno de la primera potencia mundial.

Usted, señor, que anda por la calle tranquilamente y compra un periódico, no importa de qué tendencia, para terminar enterándose, tal vez involuntariamente, de cómo funcionan en este mundo las intrincadas redes del poder más gigantesco que jamás imaginó el planeta Tierra.

Usted, joven adolescente, que por casualidad enciende la televisión en el mismo momento en el que se desata la información y de oídas conoce la noticia sobre la red de espionaje en Internet.

Usted niño, niña, que no tiene idea de lo que está pasando, pero se abre una cuenta de correo electrónico porque la necesita para comunicarse con alguien, no importa quién ni para qué.

Usted, quienquiera que sea, que ingresa a una red social porque es lo que hoy está de moda sin saber que en pocos minutos alguien interceptará y guardará las informaciones de su perfil, por si acaso en algún momento se le tenga que catalogar como terrorista, aunque sea por el relato de una pesadilla ocurrida la noche anterior.

Usted, trabajador, trabajadora inconforme con las condiciones de trabajo que no son precisamente lo que deseaba o esperaba.

Usted, señora o señor dependiente de cualquier mercado, tienda o almacén que mira distraídamente el noticiero del mediodía y se entera de lo que se supone que nadie se tenía que enterar.

Usted, que no se mete en política porque le parece una actividad sucia y mezquina.
Usted, a quien le gusta vivir en paz y por eso no habla de religión, política ni fútbol con nadie, pero que tiene las orejas puestas y también escuchó lo que se está escuchando en estos días.
Usted, profesor, profesora, a quien al relatar la historia le da por decir toda la verdad.

Usted, bebé de brazos, impúber, púber, adolescente, joven, adulto o adulta, señora, señor, mujer madura, hombre en la mediana edad, abuelita, abuelito, que está en el mundo pero que no pertenece a ninguna de las corporaciones que se ocultan en la sombra para seguir manipulando sin escrúpulos todo lo manipulable.

Usted, aunque no le importe nada, porque tiene acceso a una información otrora secreta y ahora pavorosa.
Usted, que vivía tranquilo sin enterarse de nada y jamás quiso meterse en ninguna clase de problemas.
Usted, que se preocupa, que se pregunta, que quiere que despierte su conciencia.
Usted, Edward Snowden, por haber optado por su condición de humano antes que por la de norteamericano.

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