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El Telégrafo

Quién duerme contigo…

09 de julio de 2013

¿Sabía que si usted es mujer, y si tiene entre 25 a 44 años, tiene más probabilidad de morir asesinada por su marido, exmarido o amante, antes que de morir de cáncer o de un accidente de tránsito, o de incidentes bélicos, o todos ellos juntos? ¿No lo sabía?, yo tampoco. Estuve revisando los datos y encontré algunos que no nos dejarán dormir tan fácilmente…

De acuerdo a la reciente encuesta de violencia de género, 6 de cada 10 mujeres en  Ecuador hemos sido víctimas de violencia física, psicológica, sexual o patrimonial (INEC). Y quizás aún más mujeres, en algún momento, hemos tenido una sensación de riesgo, de peligro que nos acecha, con nuestras parejas cuando las discusiones suben de tono y todo puede pasar; o cuando vamos por una calle oscura y el morbo masculino aguarda; o cuando subimos a un taxi y el conductor voltea insistentemente el retrovisor y le acosa con miradas y preguntas. Vivimos en riesgo permanente, pero lo peor de todo es que ese riesgo no es externo solamente, sino que está  dentro de aquello que llamamos “hogar”, puesto que estos asesinatos son cometidos por las parejas o exparejas, que desatan la violencia cuando la mujer toma la decisión de separarse.

Nuestro país se encuentra en la media de las estadísticas latinoamericanas de femicidio. Sin embargo, hay un dato que asusta y es que,  de acuerdo con Cepam, “la mayoría de homicidios a mujeres es de femicidios”. En efecto, una investigación de la Comisión de Transición de Mujeres y género develó que, en  Ecuador, más del 77% del total de homicidios a mujeres eran de femicidios. El femicidio es el hecho de que una mujer resulta muerta por su condición de ser tal.

Entonces ser mujer se constituye en un factor de riesgo. Por eso mismo, a raíz de lo ocurrido con Karina del Pozo, tipificar el femicidio como un delito en el Código Penal ecuatoriano fue un paso necesario, aunque insuficiente. Se requiere enfrentar el problema de una forma más integral, y en esto nos sirve mucho el caso boliviano, que expidió en marzo de este año la ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, que amplía la protección frente a sus distintas formas. Esta normativa permitiría evidenciar que la erradicación de la violencia contra las mujeres es una prioridad del Estado.

Margaret Atwood, escritora feminista canadiense, hizo un experimento para comparar los miedos entre hombres y mujeres. El mayor miedo de los hombres es que las mujeres se rían de ellos, mientras que el mayor miedo de ellas es que los hombres las maten. Por ello, denunciar lo que ocurre en nuestra sociedad frente al femicidio, que es el último peldaño en la escalada de la violencia de género, es un tema de vida o muerte.

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