La visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, a nuestro país, es una clara muestra del fortalecimiento de las relaciones entre ambos gobiernos. Si bien el acercamiento del Ecuador al país norteamericano inició durante la administración de Lenin Moreno, se observa que se han continuado profundizando los lazos de cooperación en lo que va del gobierno de Guillermo Lasso.
Las reuniones que llevará a cabo en Quito y posteriormente en Bogotá el principal funcionario de la diplomacia estadounidense, evidencian el interés de esa nación en generar alianzas en el continente con gobiernos con los que comparten ideales políticos. Así, Blinken realizará como parte de su visita al Ecuador una conferencia sobre los desafíos que enfrentan las democracias en la región. Por otro lado, se puede deducir que, al retirar recursos de Medio Oriente, los intereses estadounidenses se van posicionando en otras regiones como América Latina.
En efecto, temas como la migración o el narcotráfico afectan directamente a la nación norteamericana por lo que buscan apoyar a los países de origen de estas problemáticas, por ejemplo, mediante flujos de cooperación económica como los entregados en México para fortalecer el desarrollo local y evitar los flujos migratorios irregulares.
Desde la perspectiva del Ecuador, este excelente momento de las relaciones bilaterales debe aprovecharse para posicionar temas de interés para el país, tales como la cooperación en seguridad, la protección de los derechos de migrantes ecuatorianos y la negociación de beneficio mutuo frente a un posible acuerdo comercial. Sobre esto último, es fundamental que posteriormente a estos acercamientos oficiales, el gobierno de Lasso genere los espacios de diálogo con todos los sectores de la sociedad sobre las implicaciones de la apertura comercial y de inversión con Estados Unidos, de tal forma que se pueda generar una estrategia de país que garantice los derechos laborales, la protección ambiental, la protección de los sectores productivos sensibles, así como programas integrales que potencien la competitividad de los productos y servicios ecuatorianos.
De igual forma, si el Gobierno Nacional se apega a su discurso de pragmatismo y apertura a todos los posibles socios en el ámbito internacional, estos estrechos lazos políticos y económicos con Estados Unidos, no deberían afectar la posibilidad de generar alianzas con otros actores que han mostrado roces con dicha nación, tales como China y Rusia.