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El Telégrafo

¿Qué será del hogar con la madre ausente?

14 de mayo de 2013

Para entender el trabajo de la mujer fuera de su casa, debemos remitirnos a los tiempos de la Revolución Industrial, que en el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX sacó a la mujer de su hogar, para llevarla al trabajo en la fábrica en condiciones deprimentes. Pero por suerte, en la actualidad, existen diversas situaciones de trabajo para la mujer, no solamente el que la sitúa como obrera; además, en el presente estas labores se encuentran regidas por un sistema jurídico que asegura un trato de equidad y respeto para los trabajadores.  

Provenientes de diversas clases sociales -y esto sucede en diferentes naciones-, hoy las  mujeres se esfuerzan por ingresar a los sectores profesionales, capacitándose debidamente, a fin de responder a las numerosas exigencias, como que ella, la aspirante a ingresar a una plaza de trabajo profesional, debe exhibir importantes diplomas que acrediten su formación superior, con codiciados añadidos como diversos doctorados, el dominio de idiomas y un largo etcétera.

Y así como sucedió en Inglaterra y posteriormente en los diversos países del mundo hasta donde llegó la Revolución Industrial, que entre otras cosas produjo el capitalismo y la división de clases con el dominio de la burguesía sobre la clase obrera, hoy vivimos un proceso de transformación social que, una vez más, alejará a la mujer de su hogar. ¿Qué factores inciden en el casi abandono de la atención del hogar y los hijos, para ella acceder a un trabajo fuera de casa? Son múltiples y diversos, entre ellos: las necesidades económicas de la familia, el derecho que tiene la mujer de desarrollar una profesión y disfrutar de intereses propios, el rompimiento de la unión de la pareja, provocando el abandono de la familia generalmente por parte del hombre; la ausencia del marido que emigró tiempo atrás en busca de un trabajo que acá se lo negaron, el derecho que tiene una mujer de dar a sus hijos un mejor nivel de vida. Y mucho más.

Y en todos esos casos, las víctimas inmediatas son los hijos, que sufren la ausencia casi permanente de la madre, lo que se agrava cuando no se tiene la ayuda de un familiar inmediato de los menores, como una abuela o una tía con buena voluntad, dedicación y amor para esos niños. ¿Que existen mujeres que no han conocido el instinto maternal y que no les interesa conocerlo? Pues sí que las hay. Y es justo que ellas no tengan hijos para no causar daño, y que en cambio se dediquen a lo que responde a sus intereses.  

Pero hay que preocuparse por aquellos hijos de madres ausentes del hogar por atender su trabajo, que no tienen quién los atienda con amor durante el día. Este es un problema fundamental, cuya atención compete no solo a la familia, sino también al Estado, pues se trata de la formación física, mental y espiritual de lo que en el futuro será la población adulta de la nación.

¿Parte de la solución podría ser -acaso- sembrar el país de casas maternales, de centros de atención infantil y de hogares juveniles, en donde los hijos de madres trabajadoras de sectores populares y medios encuentren el calor de hogar, el cuidado y el amor maternal que les hace falta?

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