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El Telégrafo
Fabrizio Reyes De Luca

¿Qué hacemos frente al ébola?

30 de octubre de 2014

Desde marzo de este año, el ébola ha matado a más de 4.000 personas en Guinea, Sierra Leona y Liberia, también infectó a enfermeras en Europa y en Estados Unidos de América. Ya la Organización Mundial de la Salud aceptó que la enfermedad está fuera de control y se ha constituido en una pandemia mundial.

Los pronósticos de dicha institución señalan que, para el próximo año, alrededor de un millón cuatrocientos mil seres humanos se habrán contagiado. Como perece el 50% de sus víctimas, unos 700.000 morirán en 2015; en 2016 los muertos superarían el millón, en caso de no hallarse una vacuna efectiva contra esta peste.

Varios países están tomando medidas drásticas para proteger a su población. Entonces, yo me pregunto: ¿qué estamos esperando en Ecuador para adoptar las acciones pertinentes en procura de que esta mortal enfermedad no llegue a nuestro territorio? ¿Acaso esperamos que llegue el ébola para movilizarnos? ¿Tenemos condiciones mínimas hospitalarias para atender a los enfermos de ébola o para poner en cuarentena a los casos sospechosos?

No hay que ser un genio ni un experto para saber que los anillos de miseria que existen por doquier en nuestro país serían un terreno fértil para una espantosa y dantesca propagación de esta terrible enfermedad.

Algunos me dirán que por gusto estoy alarmando a la sociedad ecuatoriana, pero no es así. Se trata de la vida de todos nosotros, sin distinción alguna.

Ya Barack Obama, el hombre más informado del planeta, hace un mes describió un panorama sombrío ante el Consejo de Seguridad de la ONU, hablando de millones de muertos si no se controlaba a tiempo la enfermedad, antes de que su cura pueda milagrosamente hacer su entrada, lo que se prevé para los primeros meses de 2015.

En EE.UU. hay analistas que aconsejan al presidente Obama atacar al ébola usando la filosofía de la ‘guerra contra las drogas’, para contener el virus en su origen, es decir, en los países donde esta grave enfermedad se ha establecido.

Incluso, en los últimos días, hay voces en la opinión pública norteamericana que sugieren como necesaria una coalición militar con una auténtica misión humanitaria y de control epidemiológico. Recomiendan que, así como armaron esa coalición para controlar el petróleo iraquí, deben estructurar una de médicos militares europeos y estadounidenses para ejercer un control efectivo en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Y concluyen que también será necesario imponer políticas sanitarias estrictas, cuarentenas efectivas, dando medicinas a las víctimas, haciendo un seguimiento a quienes estaban cerca de los enfermos y enterrando adecuadamente a los muertos.

En mi opinión, creer que los fusiles detendrán una epidemia es oligofrénico. Los fascistas creen que el miedo, las botas y las armas constituyen una solución efectiva para todos los problemas.

El ébola no se controlará con miedo y sectarismos, sino con unidad y cooperación, para lograr una vigilancia y prevención eficaces.

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