Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Putin y la abejas

17 de junio de 2013

Según el US Times, un indignado Putin se negó a recibir durante tres horas a Kerry y accedió a hacerlo solo por no entorpecer más aún las ya de por sí tensas y delicadas relaciones entre sus países.

¡Horror! ¿Qué pasó? ¿Será por el impune asesinato con drones, incluso de ciudadanos norteamericanos, ordenado por Obama sin que medie sentencia de tribunal alguno? ¡No! ¿Será por la descarada intervención de las potencias occidentales, con el apoyo de las monarquías del Golfo Pérsico, en los asuntos internos de Siria y que ya ha causado la muerte de ochenta mil sirios? ¡Tampoco! ¿Será porque el mulá Omar, terrorista por el que los EE.UU. hasta hace poco ofrecían diez millones de dólares por su cabeza, regrese a gobernar Afganistán, pese a que para derrocarlo los norteamericanos iniciaron la guerra más larga y costosa en que se han involucrado? ¡Qué va, de ninguna manera!

Entonces, ¿cómo así Putin le da tamaña bofetada a un personaje por que el muchos gobernantes hacen genuflexiones y ante cuya majestuosa presencia le abren las puertas de par en par, le tienden alfombra roja y le cantan ditirambos para agradecerle por su honrosa visita? ¡Que no les vaya a dar patatús! Lo hace por las abejas, por esos pobres e indefensos insectos.

Resulta que Syngenta y Monsanto, multinacionales biogenéticas protegidas por las regulaciones emitidas por la administración de Obama para que la población americana no las puedan demandar por sus delitos contra el medio ambiente, son culpables de la extinción en los EE.UU. del 90% de las abejas silvestres y del 80% de las caseras, fenómeno apocalíptico que también repercute en la naturaleza del resto del mundo y que, según Putin, “con toda seguridad” puede conducir a una guerra mundial.

¿Exagera? ¡No! Sin abejas y otros insectos, el polen que fecunda a las flores queda solo a merced del viento y, por lo tanto, se merma la capacidad de producir alimentos en un mundo ya de por sí famélico, donde se tendría que guerrear para no morirse de hambre.  ¡Lógica aristotélica pura!

El problema es tan grave que en los EE.UU. hay una demanda por envenenamiento del agua que beben 52 millones de estadounidenses, en Alemania la empresa Syngenta fue acusada de ocultar que su maíz transgénico mata al ganado y en Europa entera, por unanimidad, se va a prohibir a partir del 1 de diciembre de 2013 el uso de pesticidas neuroactivos, llamados neonicotinoides, que asesinan a las abejas y afectan a toda la cadena alimentaria.

¡Ojo! Luchemos contra las multinacionales que nos asesinan a mansalva.

Contenido externo patrocinado