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El Telégrafo

Pueblo acepta régimen del Buen Vivir

30 de noviembre de 2013

A partir de 2007 comenzó a regir la época del cambio, con una nueva estructura en la administración del Estado, la aplicación de la justicia y un moderno sistema  de gobernabilidad, direccionada por Rafael Correa, en proyección a disminuir la pobreza, el desempleo, instaurar la igualdad y combatir a fondo todo indicio de corrupción, uno de los graves males que ha soportado la ciudadanía, desde el inicio de la era republicana. Simultáneamente, en ese crucial momento, se inauguró la oposición de la partidocracia, la seudoizquierda y la oligarquía rapaz, con el respaldo de la prensa comercial.

El pueblo, al enterarse del vasto plan de mejoras sociales, creación de plazas de trabajo, gratuidad de la educación, salud y programas de vivienda; sin el llamado de Alianza PAIS, comienza a enrolarse voluntariamente a la cruzada cívica de la Revolución Ciudadana. Los reaccionarios, incluida la seudoizquierda, sin líderes auténticos, sin principios y visión de país, pierden espacios en continuas derrotas electorales y ya, sin poder de convocatoria, se extinguen del escenario nacional. Los periodistas serviles de la oligarquía y dirigentes políticos fracasados en incansable persecución, tildaban al Primer Mandatario de omnímodo, prepotente, insultador, proyecto de tirano y enemigo de la libertad de expresión, pero hoy, avergonzados por victorias electorales de la Revolución Ciudadana, en la nueva contienda cívica de 2014 alistan nueva embestida contra el líder del gobierno del Buen Vivir.  

Otra vez, la oposición dispersa invoca la unidad, sin conseguirla, para integrar, vanamente, un sólido frente para combatir a los candidatos de Alianza PAIS y sus aliados. Los pocos dirigentes que se resisten a abandonar sus ambiciones, del  PRE, Prian, MPD, PSP y otros, en el ocaso de sus ajetreos, explican  a su manera que en los procesos electorales realizados con anterioridad y el próximo de 2014, Rafael Correa es el jefe de campaña, alentado por sus seguidores, medios públicos y gran despliegue propagandístico, pero expertos de la derecha, de su lado, sostienen que el debilitamiento de los grupos tradicionales se debe  a su propio desgaste, sin bases, ni ideologías, ni estructuras ni cuadros. Así, en esas condiciones, van en camino a su inevitable desaparición.

Lo cierto es, que con el arribo de Rafael Correa a la actividad política, se inauguró en Ecuador la era del cambio y la construcción de un nuevo país, lo que no  hicieron otros gobernantes, en su oportunidad. El liderazgo del Mandatario se extiende fuera del ámbito patrio, con su posición firme en defensa de la soberanía de los pueblos. Allí su gigantesca obra, social, educativa, vial, de vivienda y de respeto a los derechos humanos. Es fácil comprobar que hoy vivimos otro país  libre de miseria e inseguridad con planes en diversos frentes para terminar la construcción de la patria nueva. Todavía falta mucho por hacer para avanzar sin contratiempos por el camino del desarrollo, como la reforma agraria completa para asegurar el mejoramiento en la agricultura campesina. ¿Quién quiere retornar al incierto pasado, que ya conocemos, de angustia y corrupción? Nadie, absolutamente nadie.

Los triunfos electorales de Rafael Correa y Alianza PAIS son el reflejo de la aceptación popular al régimen del Buen Vivir.

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