Este es un término que hace referencia a lugares, instituciones, organizaciones, leyes, incluso estados, que simpatizan con personas que corresponden a ciertas minorías, especialmente a la comunidad LGBTIQ+, y que de alguna u otra forma, nos esforzamos de manera activa por crear ambientes amigables dentro de la sociedad.
Desde el punto de vista del marketing, ser psicólogo gayfriendly, resultaría muy positivo, ya que se refiere a un nicho especifico de la población, que generalmente no encuentran esas garantías, de un terapeuta que no intente curar por el hecho de tener una orientación sexo genérica distinta a la mayoría o al resto.
Es cierto que en el pasado se tenía la creencia que la homosexualidad correspondía a una enfermedad. Algo que debía tratarse como cualquier otra patología. Hoy en día, los profesionales de la salud mental, estamos todos de acuerdo, que la homosexualidad, no es ninguna enfermedad, no es un trastorno mental, ni ningún tipo de conducta negativa o anómala que corresponda a las emociones.
En 1973, la asociación americana de psiquiatría, es cuando elimino a la homosexualidad del manual en donde se recogen los trastornos mentales, llamado DSM y dos años después, la asociación americana de psicología, apoyo esta medida y estuvieron los dos de acuerdo.
Desde entonces, las dos asociaciones solicitan a todos los profesionales de la salud mental, psicólogos y psiquiatras, que ayuden y contribuyan desde su práctica, a eliminar este estigma, que les costó un gran pesar a las personas LGBTIQ+ de épocas anteriores, puesto se asociaba homosexualidad con un trastorno mental.
Desde ese punto vista, soy un psicólogo que trabaja con personas, las cuales todas merecen el mismo tratamiento sin distinción alguna. La verdadera lucha es alcanzar un mundo, en donde todos nos identifiquemos como seres humos que merecemos el igual acceso a todo tipo de servicios, libres de etiquetas. Por esa razón no soy un psicólogo gayfriendly. (O)