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El Telégrafo

Problemas mundiales, bipolarismo, unipolarismo y multipolarismo (5)

23 de febrero de 2013

La multipolaridad propende a un equilibrio de  la política internacional y en las Naciones Unidas, reflejando la nueva correlación de fuerzas entre los países y hacia un mundo más democrático y pacífico, que sí es posible. El multipolarismo coincide con la comprobación del fracaso de la política neoliberal que impone el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los países hegemónicos a los países dependientes y neocolonizados.

La multipolaridad política, unida con las relaciones multilaterales en lo económico entre los países, busca nuevos horizontes. “No se deben poner todos los huevos en la misma cesta”. El unipolarismo o liderazgo único y hegemónico en el ámbito mundial no es adecuado que exista y predomine en las relaciones entre los países y  en las Naciones Unidas.

La multipolaridad se fundamenta en el respeto de todas las personas, culturas y países, en el nuevo espíritu científico representado por la ciencia cuántica y relativista que reconoce que se debe comprender a la realidad con sus problemas desde perspectivas multidisciplinarias y multiculturales.

Las Naciones Unidas deben democratizarse, ampliarse en el Consejo de Seguridad e incluir algunos países muy representativos de todo el planeta, que en el caso de América Latina, como lo plantea Reinaldo Gargano “debe estar representado por el Brasil”. Debe cambiarse la capacidad de veto que tiene un grupo muy limitado de países que pueden, cualquiera de ellos, oponerse teóricamente al resto de países que componen la humanidad. El poder del veto hace que situaciones injustas, violaciones a los derechos humanos, genocidios, puedan no ser castigados; e incluso que miembros de las Naciones Unidas puedan invadir a otros Estados y que no exista ni una sanción moral, ya que pueden bloquear al resto de países.

El multipolarismo, la multilateralidad y las relaciones multiculturales van creciendo; el respeto mutuo entre los países son una necesidad. Va aumentando la conciencia para enfrentar, entre todos, los problemas de la humanidad. Las Naciones Unidas -a la larga- cambiarán, cuando casi la totalidad de los países estén de acuerdo con la necesidad de un liderazgo colectivo y se respeten los consensos  tomando en cuenta a los bloques regionales, diversidad de países con sus culturas y valores que deben ser respetados por todos, superando los hegemonismos, absolutismo, neocolonialismo, terrorismo, y todo tipo de discriminación.

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