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El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Precisiones sobre ingeniería cultural

18 de mayo de 2014

Es estimulante el intercambio de ideas suscitado por el tema. Se cuestiona el empleo del término ‘ingeniería’, tachado de mera técnica, y se informa que en la Universidad Central se eliminó la denominación de carreras como ‘ingenierías’, en Administración, en Educación, etc., apelativo que en el período neoliberal de la década de los 90 se generalizó como más atractivo al mercado. Habrá que encontrar el término adecuado.

La expresión fue acuñada en Francia a fines del siglo pasado por Claude Mollard, quien se consideraba ‘ingénieurculturel’ de profesión. Escribió un manifiesto “por una nueva manera de pensar la acción cultural”, aunque no para lo que ahora se pretende, pues su referencia es el arte. El concepto nació en el contexto del movimiento reformador de la política cultural patrimonial del ministro Duhamel, que introdujo en París laboratorios de interdisciplinaridad, participación, transparencia, innovación, descentralización, democratización, innovación tecnológica.

En EE.UU. el término es desconocido. Sin embargo, el neoliberalismo comprende su utilidad para sus propios fines; recurre al Applied Behavior Analysis (ABA), para modificación del comportamiento, muy particularmente para crear hábitos consumistas.

También se habla de Memetic engineering, o proceso de crear y desarrollar teorías o ideologías basadas en el estudio analítico de la sociedad y la cultura, en la manera de pensar, para modificar creencias, con la intención de alterar el comportamiento de la sociedad y de los individuos. El ‘meme’ sería una unidad de información que se transmite de individuo en individuo, de generación en generación o de cultura en cultura.

En un contexto de cambio alternativo se alerta también, con razón, sobre la visión occidental de progreso y cultura, que critican las ciencias sociales y humanas progresistas, y que debe definirse adecuadamente. En verdad habría que hablar de cultura entendida como la estructura mental, tanto individual como colectiva, que determina la manera de percibir la realidad, calificarla, valorarla o juzgarla. Más aún, de culturas, de multiculturalismo. El capitalismo impone una sola cultura.

Hay que recurrir a las culturas como herramienta de liberación popular hacia la instauración de una democracia directa.

Así mismo, el objeto especial de la llamada ingeniería cultural no es solo el estudio de las barreras a los aportes científicos y tecnológicos para el progreso, sino también a los ideológicos, ante el peligro neopositivista de la confianza excesiva en la ciencia y la tecnología.

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