Aún sin el pronunciamiento oficial, la prensa privada ya ha lanzado al ruedo los presidenciables, pero como estrategia alienta a todos por igual para no equivocarse otra vez y posterga su postura definitiva. Desesperada al no encontrar aspirantes con trayectoria limpia, capaces y abnegados, ensaya su ficticio apoyo a uno u otro candidato para promover frentes de agresión contra el líder de la Revolución Ciudadana.
La historia enseña que la prensa comercial suele desviar su misión por aliarse con la derecha y sectores políticos reaccionarios, como en el caso de su participación en el enconado enfrentamiento por la Presidencia de la República entre los representantes del Socialcristianismo y el Partido Roldosista Ecuatoriano. En la segunda vuelta electoral, allá por el año 1996, toda la prensa privada impulsó y apoyó la candidatura de Jaime Nebot e incluso proclamaba su victoria anticipada. Columnistas, al unísono, festejaban al “nuevo magistrado de la nación” Abdalá Bucaram, quien, con sus grandes ofertas de campaña y carisma de excelente humorista, derrotó a su adversario y dejó en ridículo a la prensa “independiente”.
A causa de los desaciertos administrativos, el incumplimiento a su programa de Gobierno y su afición a la farándula, el fundador del PRE perdió el mandato y, sin respaldo del Ejército, huyó del palacio rumbo a Panamá, donde todavía permanece recluido como asilado político. Hoy, esa misma prensa que le negó su apoyo anima su presunta reintegración a la política nacional. Engaña con un titular que dice: “La nueva era del PRE sale a la calle”, con referencia a un acto de paupérrima asistencia. El Partido Roldosista, herencia del CFP, es historia, desaprovechó la oportunidad que le concedió el pueblo, y hoy su principal, enredado por asuntos legales, no procede candidatura alguna, ni siquiera su presencia en el país. Sin rumbo busca opciones y refugios.
Los medios comerciales, a otro aspirante, el de la llamada Unidad Plurinacional de las Izquierdas, le conceden cobertura para que se mantenga en la lid. En su intención de alentarlo lo llaman “Ideólogo de la revolución ciudadana y ahora un poderoso contrincante”. Se olvidan de que la ambición y traición, desvíos de la conducta, convierten al hombre o mujer en el ser más despreciable.
Otros candidatos deambulan sin norte, rogando auspicio y, a última hora, invocando unidad. La prensa privada y sus articulistas aceptan y reconocen el liderazgo de Rafael Correa y que la historia lo ubicó en la Primera Magistratura de la Nación hasta consolidar los principios del Socialismo Siglo XXI, pero se resisten a perder su poder mediático y el usufructo de sus negocios y el de sus aliados.
Se avizoran duras batallas durante la campaña presidencial. Los medios de comunicación “libres” se convierten en la principal arma de la oposición política, pero la ciudadanía se ha despertado de su letargo y hoy piensa y actúa con visión de realidad. Ya no es fácil engañar y convencer a los ecuatorianos. La prensa grande se prepara para otra agresión cargada de odio contra el régimen de la fuerza del cambio.