Ciertos medios, olvidando la vieja práctica de la partidocracia oligárquica, que siempre apoyaron, de “reparto de la troncha” y de “toma y daca”, para el festín de los organismos de control, el Tribunal Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia, que los rifaban, en alianzas lucrativas, reiterada y cínicamente critican la Revolución Ciudadana y su gobierno, al que lo acusan de aumentar burocracia, intervenir la economía y no respetar la autonomía de los poderes del Estado.
Ha sido ella, en todos sus gobiernos, con las instrucciones del FMI y Banco Mundial, la que manejó la economía en función de los intereses de pequeños grupos. El alto pago del servicio de la deuda externa, que absorbió hasta el 50% de los ingresos corrientes del presupuesto, endeudamientos onerosos y renegociaciones mañosas, fueron la columna vertebral de las políticas neoliberales que practicaron, en el marco de la globalización del capitalismo salvaje, ultra explotador de los pueblos.
La apertura extrema, modernización privatizadora, liberalización de los mercados para mayor control monopólico fue su práctica. Los banqueros secuestraron la banca pública y los chulqueros el presupuesto; unos y otros, los organismos de control. Todo estaba bajo su completo dominio, incluida la entrega del petróleo a las transnacionales.
La partidocracia, con el apoyo de esos medios, vendió el país y su soberanía, dilapidó las riquezas naturales, atracó los dineros públicos, hipotecó la nación, pervirtió el Estado, expulsó del suelo patrio a millones de hombres y mujeres, degeneró la democracia hasta hacerla añicos; dejó mayor pobreza y desempleo.
Para ello creó entidades perversas, como la Comisión Anticorrupción de Alarcón, el Consejo Nacional de Modernización y la AGD de Mahuad, para encubrir robos, como el atraco bancario. Esas afirmaciones son parte de la práctica oligárquica mediática, el doble discurso, hipocresía y cinismo. Buscan hacer daño al Gobierno con propósitos electorales. Ocultan el hecho de que incrementó el número de maestros, médicos, policías y la inversión, en beneficio de la educación y salud públicas y la seguridad ciudadana, la vivienda social, infraestructura vial, petrolera y eléctrica.
Critican el financiamiento alternativo como el de China. Les duele que se hayan enterrado las viejas prácticas de endeudamiento leonino, “paquetazos” y medidas antipopulares y corruptas. No aceptan que los poderes, con el Jefe de Estado a la cabeza, coordinen acciones, en función de objetivos nacionales compartidos, que cuentan con enorme respaldo popular. Quisieran volver al relajo de antes, a sus componendas oligárquicas.
La dictadura del gran capital está severamente golpeada, a través de la acción del Estado. El pueblo la combatió y derrotó, apoya al gobierno de la Revolución Ciudadana, entiende que su acción es base para construir el socialismo del siglo XXI y está decidido, una vez más, a reelegir a Rafael Correa. Por ello atacan. Hay que defenderse con más y más reformas y acción popular organizada.