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El Telégrafo

¿Por qué Obama?

15 de septiembre de 2012

Un célebre escritor latinoamericano dijo que en las elecciones presidenciales de  EE.UU. debíamos participar todos, pues los resultados nos afectarán, de una u otra manera. En los próximos comicios de noviembre se impondrá la continuidad del programa iniciado por Obama hace 4 años o el que plantean Romney  y los republicanos. A la luz de lo enunciado por ellos parecería que no hay diferencias fundamentales, pero sí las hay.

En la campaña que lo condujo a la presidencia, Obama ofreció cambios que no ha cumplido. Ahora promete continuar su política de creación de empleos, mantener la atención a la salud a través de la extensión de seguros a toda la población y acentuar las reformas a la política migratoria, viejo sueño de  miles de extranjeros que viven en su país y anhelan el reencuentro familiar, perder el miedo a la deportación y tener acceso a las oportunidades a las que puede acceder cualquier ciudadano.

Quien fuera designado Premio Nobel de la Paz, dice haber cumplido con su oferta de retirar las tropas de Irak y que hará lo mismo en Afganistán. En su mandato se realizó la agresión a Libia -según Hillary Clinton, ellos ayudaron a liberarla- donde ahora, con un deplorable saldo de muertos, la ira musulmana se ha volcado contra la embajada de su país. Esa incomprensión de la Secretaria de Estado se extiende a casi todo el mundo emergente. Su Gobierno ofrece un firme apoyo a la insurrección en Siria; mantiene la adhesión incondicional a Israel y una ceguera total frente a los gobiernos latinoamericanos progresistas como Venezuela, mientras acentúa acciones hostiles contra Cuba.

Romney culpa a Obama por el desastre de la economía sin precisar que aquel recibió tal herencia del gobierno de Bush hijo. Anulará la ley de reforma sanitaria, con el resultado de que muchos, entre ellos los inmigrantes, perderían el seguro médico. Mantiene la idea de que Rusia es el principal adversario de EE.UU., en una visión atrasada de la guerra fría; promete apretar más el cerco contra Cuba y frenar a Irán y su programa nuclear de cualquier modo.

Reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, demostrando su desconocimiento de la geopolítica mundial y revelando cuán peligroso podría ser el manejo de la política exterior norteamericana desde esta concepción.
Obama es un académico con apoyo multirracial; Romney un multimillonario ligado a los sectores más retardatarios. Pese a un insuficiente desempeño de Obama, la alternativa es impresentable.

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