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El Telégrafo

Policía Nacional se depura y moderniza para servir mejor

15 de junio de 2013

La Policía Nacional ha sido cuestionada por algún desacierto y, al mismo tiempo, exaltada por actos de heroicidad y sacrificio de sus agentes, por salvaguardar los bienes ajenos y ofrecer seguridad a la ciudadanía ecuatoriana. De acuerdo con la Constitución de la República del Ecuador: “La Policía Nacional es una institución estatal de carácter civil, armada, técnica, jerarquizada, profesional y altamente especializada, cuya misión es atender la seguridad ciudadana, el orden público y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del territorio nacional”.

El mismo cuerpo jurídico consagra: “Los miembros de la Policía tendrán una formación en derechos humanos, especializada en control, persecución del delito y utilización de medios de disuasión y conciliación como alternativa en el uso de la fuerza”. Irónicamente, algunos de sus miembros han atropellado su propia ley y honor institucional en perjuicio de una gran mayoría que sigue invirtiendo sacrificio y que, en esa labor, muchos de ellos han caído abatidos en cumplimiento de su misión: proteger bienes y vida de los ecuatorianos.

El gobierno de la Revolución Ciudadana, en función de sus sagrados fines, desde sus inicios, se concentró en moralizar la administración pública y sus instituciones, entre ellas la Policía Nacional. Alentados por los gobiernos de la derecha política, un sector policial pretendió caotizar  el país, el fatídico 30 de septiembre. Hoy, muchos de los implicados rinden cuentas ante la justicia. Con el pretexto de un reclamo salarial, en lugar de plantear el diálogo, proclamaron la insurrección desestabilizadora del régimen. Los insurrectos  ya  dejaron la institución policial  dentro del proceso de depuración de sus filas.

En ese mismo contexto de fortificar las  instituciones para servir con mayor eficiencia a los ecuatorianos, el Ministro del Interior, mediante decreto ministerial, separó de las filas de la Policía Nacional a 208 agentes involucrados en faltas disciplinarias y diversas clases de delitos, como extorsión, tráfico de drogas, abuso sexual, intento de asesinato y abandono del servicio. En forma paralela, el régimen  socialista siglo XXI ha entregado a la Policía Nacional modernos equipos de trabajo, vehículos, aparatos de comunicación y otros recursos, a más del ingreso de nuevo personal capacitado y entrenado para fortalecer al organismo policial y poder cumplir a cabalidad su sagrada misión.

La prensa “independiente” reconoce la acción positiva que desarrolla, actualmente, la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia y se adhiere a la depuración de los malos elementos. Los operativos policiales están dando buenos resultados a la vista de la ciudadanía, pero falta el aporte de otros sectores -indispensable- para erradicar definitivamente los males sociales y afianzar la seguridad y la tranquilidad en los hogares ecuatorianos.

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