Publicidad

Ecuador, 28 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Pobres pachamamas

22 de septiembre de 2013

Así como hay madres en las diferentes clases sociales en Ecuador, hemos hecho público que la Pachamama o Madre Tierra de una región no es igual de importante o vital que las pachamamas del resto del país.

Los grupos de ambientalistas, ecologistas, investigadores y defensores del Yasuní consideran que la vida de un jaguar de este sector es mucho más valiosa que la del jaguar del Chocó en Esmeraldas, donde nada se dice de la tala permanente de estos bosques que tienen un altísimo valor biológico, que son considerados un tesoro genético, pero evidentemente no tanto como para protestar pidiendo que se frene su destrucción.

Un venado del Yasuní debe ser mucho más importante para el planeta que uno de los bosques secos del Parque Nacional Machalilla en Manabí, donde se ha devastado su floresta y casi extinguido un ecosistema único en el planeta y nada se ha hecho o dicho, ni siquiera un panfletito, menos apocalípticas declaraciones en los canales de TV.

Un mono aullador del Yasuní genéticamente debe ser muchísimo más importante para la sobrevivencia de las especies, que su primo que vive en el Parque Nacional Sangay, donde los grupos de cazadores son comunes, una carretera lo cruza por la mitad -jamás existieron aquí pueblos ancestrales- y hoy está llenándose de poblaciones que viven de comercializar la madera en este “Patrimonio Natural de la Humanidad”, declarado así por la Unesco en 1982. Esta salvaje invasión a la Pachamama de los tapires no ha merecido ni siquiera un parabrisas roto.

Está claro el mensaje de los defensores del Yasuní que la tala de nuestros bosques nublados, que en Costa Rica son la principal razón para los 2,5 millones de turistas, acá no tiene la menor importancia, por lo que permiten alegremente que se los tale día a día y se los transforme en miles de cajones desechables en los que se transportan frutas y verduras a los mercados de las ciudades donde están los nobles protestantes, cuyas madres amorosamente hacen las compras para alimentar a estos feroces defensores de la vida. Estos bosques nublados están llenos de maderas “balsosas” que no tienen valor comercial, que sean la Pachamama de monos, perezosos, tucanes, no tiene la menor importancia, porque esta fauna silvestre no pertenece al Yasuní.

Hay muchas otras pachamamas pobres, como los bosques andinos, donde han desaparecido especies únicas, como el pujín o el pumamaqui, que no merecen atención y menos protestas, porque la reina de las pachamamas del Yasuní es con la que todos quieren hacer la danza del apareo, que los catapulte a la fama.

Contenido externo patrocinado