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El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

Plan nacional de la RC sin plazo límite

10 de mayo de 2014

Columnistas de los medios privados, de acuerdo con las instrucciones de los directivos de las empresas donde laboran, reanudan el tratamiento del tema de la reelección presidencial con la intención, en forma disimulada, invirtiendo argumentos frágiles, desestimar el liderazgo de Rafael Correa Delgado, conductor, hasta aquí irreemplazable, del proyecto político nacional de la Revolución Ciudadana, que avanza, sin plazo límite dentro de un ciclo o etapa de nuestra agitada vida republicana.

Inicialmente, sin conseguirlo, el poder mediático, en componenda con la derecha política, fraguó atrevida campaña contra destacados gobernantes latinoamericanos, incluido Rafael Correa, a quienes tildaban de tiranos, de enemigos de la democracia y de fomentar una dictadura regional. No prosperó la estrategia para confundir democracia y dictadura y lograr la desorientación de los ecuatorianos. En Ecuador rige una nueva Constitución aprobada por el pueblo, y el mandatario Rafael Correa nos representa por decisión popular en sufragio libre y democrático.

Desde la instauración de la República, se exhibió como elemento básico de la democracia la alternabilidad  de los gobernantes dentro del sistema capitalista –neoliberal, manteniendo el privilegio de una minoría explotadora del trabajo de otros, que se turnaba, periódicamente, para ocultar sus fechorías. Hoy ya vivimos otra época o etapa de reivindicación social y económica y de esperanza por alcanzar, definitivamente, una vida digna y de paz. Y como era de esperarse, a medida que avanza el proceso de cambio, con el liderazgo de Rafael Correa, los grupos dominantes, afianzados y sustentados en estructuras caducas, deciden, peligrosamente, con todos sus recursos -medios de comunicación ‘independientes’ y rezagos de la partidocracia- organizar la resistencia feroz, para defender sus intereses y continuar con la orgía del enriquecimiento ilegal.

Toda la oposición mediática y política se concentra en dirección de Correa, personaje central, baluarte y eje del socialismo siglo XXI, corriente que se proyecta hacia una nueva estructura socioeconómica del país y a la construcción de una nueva sociedad justa e igualitaria, donde se reconozca y compense el trabajo de hombres y mujeres por encima de los intereses del capital. Como el liderazgo de Rafael Correa se fortalece por su lealtad con el pueblo, ilustración académica y sentimiento humanitario, los grupos de oposición, desorientados, se sienten crecer de pánico al irse ya consolidando la tesis de la reelección presidencial.

Ya no se admite polémica, la reelección presidencial es un hecho cierto para 2017. Las circunstancias históricas exigen e imponen la continuación del proceso político nacional con la guía de Rafael Correa, líder dotado de excepcionales cualidades, para luchar en la adversidad y despejar obstáculos en procura de asegurar la estabilidad del régimen de la Revolución Ciudadana. Se admite sin discusión, que la democracia se ha fortalecido en Ecuador, y que su soberanía se asienta en el pueblo. La mayoría de los ecuatorianos se ha pronunciado y aceptado el proyecto político de la Revolución Ciudadana.

En la reciente convención nacional de PAIS se profundizó en la reorganización de sus cuadros y en las reformas de su régimen orgánico para poder desarrollar en forma democrática sus acciones políticas a fin de obtener resultados productivos. Se ratificó a la dirección nacional como máximo organismo de conducción con el liderazgo de Correa. Los nuevos dirigentes asumieron el reto de prepararse en todas las líneas de acción para que, en 2007, la Revolución Ciudadana consolide la continuidad de su proceso político nacional. Es indispensable promover capacitación y acciones de orientación cívica para que los ecuatorianos se enteren de la realidad y se incorporen a la era del cambio.

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