naturales ha sido difundido por el Estado en el nuevo año. Esto permite avizorar un futuro promisorio para el desarrollo del país, ampliando la oferta de su producción agrícola dentro de la concepción de una nueva matriz de producción (agroindustrial) contribuyendo a solucionar problemas futuros del abastecimiento de alimentos y las hambrunas registradas en el mundo por entidades internacionales para el desarrollo (FAO), las cuales han expresado preocupación por solucionar el hambre crónica que sufrieron 842 millones personas en el período 2011-2013 y la creciente demanda “para satisfacer de alimentos a más de 9.000 millones de personas que poblarán el planeta en 2050, teniendo también en cuenta sus probables cambios dietéticos, siendo necesario para esto aumentar la producción de alimentos a escala mundial en un 60 por ciento en el mismo período”.
América tropical ha sido reconocida como el potencial granero del mundo por las ricas reservas de recursos naturales con las que cuenta especialmente: agua y suelos. El Ecuador integra esta región en cuyo territorio encontramos la cuenca del Guayas (CG) con un clima benigno, suelos con buenas características de aprovechamiento agrícola y una densa red hidrográfica con promedios de caudal anual de 25.000 hm³. Mínimos de 8.327 hm³ y máximos de 34.000 hm³.
Las condiciones tropicales de la CG se caracterizan por mantener durante el año una temporada lluviosa y otra seca, en la cual la aplicación del riego para los cultivos es indispensable.
Las obras construidas como las anteriormente indicadas superan la restricción y garantizan la producción anual, evitando la falta y los excesos del agua dentro de las áreas de influencia.
La integración de los recursos agua y suelo mediante instrumentales tecnológicos muy simples constituye la base de la civilización humana, lo cual permitió la producción de excedentes, obligó a la cohesión y organización social.
La agricultura del Ecuador depende de un colectivo que opera 842.882 unidades de producción agrícola (UPA), de las cuales el 75% (636.375) corresponde a pequeños agricultores cuyas parcelas no sobrepasan las 10 hectáreas (ha) y se extienden en una superficie de 1’463.212 ha (12% de la superficie cultivada).
La ingeniería de la agricultura de riego en nuestro país obedece a la lógica de los diseños de los grandes sistemas de riego distribuyendo sus redes técnicamente con eficiencia y economía, pero el problema está cuando se llega a nivel parcelario, donde la construcción debe tener significado a pequeña escala y la obra necesita la operación a nivel de usuario para la distribución del agua con oportunidad adonde se necesita y el mantenimiento total de la infraestructura, lo cual exige de la participación de todos los usuarios debidamente capacitados y organizados. Esta es la labor permanente que exige una administración de gran cohesión social y técnicamente capacitada.