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El Telégrafo
Daniela Ángela Leyton Michovich

Perú: Un arma, un sombrero y tres muertos

02 de abril de 2022

Una sesión cargada de tensiones se experimentó esta semana en el Congreso peruano a propósito de la votación por la moción de vacancia presidencial por incapacidad moral permanente en contra del presidente Pedro Castillo, misma que fue impulsada por 77 congresistas.

 

Dentro de los argumentos de los asambleístas a favor de la moción pesaron 20 denuncias de varios tipos con un patrón recurrente:la corrupción. Según el abogado de Castillo se tratan de especulaciones extraídas de internet y generadas por medios de comunicación tendenciosos que además hacen referencia al entorno y no al presidente de forma directa.

 

El escenario es desalentador, luego de 30 ministros removidos en apenas 8 meses, es evidente la inestabilidad en la administración de Castillo quién además muestra ya un entorno enrarecido. De igual forma es evidente que el recurso de vacancia,comodín de los congresistas, es una carta vieja que se aprovecha cada que es posible, solamente un dato: ya van seis procesos de este tipo en apenas cinco años.

 

Es urgente que el Perú pueda salir de este loop en el que se encuentra entrampado y ahí hace falta sin duda que el Tribunal Constitucional salde la deuda con los peruanos y otorgue de una vez claridad sobre el criterio de vacancia por incapacidad permanente y sus respectivas consecuencias, porque son justamente los vacíos legales los que alientan al uso y abuso de lo que se ha identificado ya como un dispositivo de control político, un arma dispuesta para efectivizar un golpe.

 

Finalmente, esta semana Pedro Castillo se sostuvo por la fuerza de un voto, lo que ya marca una alerta roja sobre su potencial salida de la presidencia este año y pienso esto porque no es posible ver la reversión de esta situación a menos que en los próximos meses se muestre estabilidad en su gabinete, se levanten las sospechas de un gobierno paralelo, se coloque un alto en las remociones arbitrarias de funcionarios estatales, y sobre todo, se otorgue la celeridad necesaria a las investigaciones sobre las denuncias que pesan en contra del presidente. Castillo tiene una enorme responsabilidad sobre sus hombros, debe recomponer un tejido institucional y generar alianzas.

 

Por último y lo más importante, hace falta que se atiendan las bombas pendientes en la administración, sobre todo me refiero a un caso que no es el primero en el país andino: el asesinato de tres líderes indígenas en Huánuco los pasados días, víctimas de mafias vinculadas con el tráfico de tierras y minería ilegal. El silencio en este tema es escalofriante, sobre todo si se considera que muestra un patrón similar en toda la región.

 

Este último suceso resulta un espejo violento local sucedido a la par de un linchamiento a gran escala en el cuál el presidente, por primera vez en su mandato ha asistido cabizbajo y sin su tradicional sombrero, un detalle que no es menor y que habla a los gritos de lo que esta sucediendo ahora en el Perú.

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