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El Telégrafo

Peligrosa intermediación turística

19 de agosto de 2012

En el negocio turístico era palpable la intermediación, ésta podía aumentar en un 20%  los costos al consumidor final. Hasta hace pocos años, sin el apoyo de turoperadoras que intermediaban entre hoteles y turistas, era casi imposible llenar un hospedaje, lo que dio paso a que muchas turoperadoras literalmente asalten a hoteleros exigiéndoles cortesías, descuentos y dinero.

El internet vino a cambiar esta realidad y si bien aún se depende de los intermediarios nacionales, un hotel también logra ocupación a través de su web y de las redes sociales, por lo que los intermediarios están a la caza de nuevos hospedajes que estén dispuestos a sacrificar sus ganancias y pagar la novatada.

Actualmente han hecho su aparición a nivel planetario verdaderos monstruos de la intermediación turística en la web, como Booking, Kayac, Despegar, Rumbo, etc., que ganan millones gracias a mejores tarifas y comisiones razonables que fluctúan entre el 16% de la tarifa hotelera que normalmente en estos sistemas puede ser hasta un 20% más baja que la tarifa rack del hotel, lo que quiere decir que el hotelero cede hasta un 35% con tal de aumentar su ocupación, lo cual es razonable.

Incluso al momento de comprar un tique aéreo, de seguro que se tendrá mejor tarifa en una intermediadora que en la web de la aerolínea.

En Ecuador ha hecho su aparición un nuevo sistema de intermediación vinculado a un poderoso grupo comunicacional de Quito, que a cambio de promocionar “gratis” en sus medios a un hotel, pide tarifas con “al menos” un 50% de descuento y que en caso de que alguien compre ese servicio ellos se llevan la mitad del valor facturado, es decir al hotel, restaurante o cualquier servicio que se vende por este poderoso sistema multimedios, le quedará apenas un 25% del valor normal del precio de venta al público, lo que no es razonable ni sustentable y el Ministerio de Turismo –y demás estamentos gubernamentales- deberá pronunciarse si es legal.

Obviamente si una comida que cuesta 12 dólares, el consumidor paga 6 y el propietario se queda con 3, habrá que dudar mucho de la calidad de ese producto o servicio.

Se crea un nuevo peligro para el sector turístico, pues otros poderosos medios comunicacionales pueden imitar y decidir convertirse en voraces intermediadores, atrapando al sector turístico con sus medios, coaccionando, desinformando y más acciones que normalmente hacen con este gobierno -a pesar de su fortaleza comunicacional-. Qué será del empresariado turístico siempre desarticulado y en desbandada.

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