Hay una estrofa: Cuando de nuestro amor, la llama apasionada / dentro tu pecho amante, contemples extinguida / ya que solo por ti la vida me es amada / el día en que me faltes, me arrancaré la vida. El texto El alma en los labios pertenece al poeta Medardo Ángel Silva, fue musicalizado por Francisco Paredes Herrera y cantado, entre muchos otros, por Julio Jaramillo, en cuyo homenaje se celebró hace poco el Día del Pasillo Ecuatoriano.
Julio Bueno señala que trabajó con el poeta Jorge Enrique Adoum para llevar a cabo la puesta en escena del tema Sendas distintas, letra de Jorge Araujo Chiriboga para el Teatro Sucre. De hecho, a finales del XX, el escritor Raúl Vallejo publicó El alma en los labios, en torno al poeta modernista.
Muchas de las letras de los pasillos ecuatorianos, en las primeras décadas del siglo XX, estuvieron inspiradas en la llamada Generación Decapitada, porque muchos de sus cultores eligieron el suicidio. Agustín Cueva Dávila, en su libro Entre la ira y la esperanza, ha interpretado la evasión modernista, su sicología y retórica, como expresiones de la visión del mundo de una clase social en declinación, de una aristocracia decadente y sin futuro.
Julio Bueno señala que trabajó con el poeta Jorge Enrique Adoum para llevar a cabo la puesta en escena del tema Sendas distintas...En otra línea interpretativa ensayistas como Octavio Paz y Ángel Rama, citados por Diego Araujo Sánchez, revalorizan el aporte innovador y aún revolucionario de los modernistas, que preconizan una estética diferente, cuando el valor corriente de las burguesías en el poder imprimía una impronta utilitaria y mercantil a toda actividad humana. “El modernismo fue, como acertadamente observa Octavio Paz, no una fuga a la realidad americana, sino una fuga de la actualidad local –que pecaba a sus ojos de anacrónica- en busca de una actualidad universal” .
Los poetas de la Generación Decapitada o del primer modernismo en Ecuador fueron Arturo Borja, Ernesto Noboa y Caamaño, Humberto Fierro y Silva. Se agregaron más tarde los nombres del cuencano Alfonso Moreno y el manabita José María Egas. Muchas de sus composiciones poéticas fueron parte de las letras de pasillos emblemáticos.
Desde la poesía de vanguardia, como el grupo de los tzántzicos, está el pasillo Quiteña ilusión o La Torera, un pasillo de Ulises Estrella, con música de Lidia Noboa Irigoyen, interpretada por la también poeta Margarita Laso, en 1990. Un poema en homenaje a Julio Jaramillo, a propósito de su temprano fallecimiento, a la edad de 42 años, fue escrito, en clave de poética cotidiana, por Fernando Artieda en Pueblo, fantasma y clave de Jota Jota.