Aunque con terminología diferente y algunas variantes científicas sustanciales, ya los mayas se referían a algo parecido a lo que se repite últimamente que podría ocurrir con nuestro planeta y los demás astros del sistema solar. Y es que estaríamos entrando a una etapa que parecería ser de ficción, pero que para determinados grupos científicos está adquiriendo características que se aproximan a la realidad.
Se dice que el mundo se está aproximando a un gran cambio, a una fuerza energética que encamina a la humanidad a la cuarta dimensión. ¿Qué habría sucedido y qué podría acontecer? Se ha señalado que aquel pasaje desde la tercera dimensión en que hasta ahora nos encontramos, al siguiente ordenamiento cósmico, sucedería entre el 21 de diciembre del presente año y febrero de 2013, cuando los planetas del sistema solar podrían alinearse en forma horizontal con el Sol. Pero como este salto cuántico dimensional no ocurre de un momento a otro, el Dr. Winfried Otto Schumann observó que a partir de mayo del año 2000 una energía de cuarta dimensión alteró la carga electromagnética de la Tierra, provocando un efecto de resonancia en el sistema tierra-aire-ionosfera.
Si se produjera un cambio dimensional -y de serlo, esto ocurriría en todos los planetas de nuestro sistema solar- se alterarían los campos magnéticos de la Tierra, que ya desde hace dos mil años se comenzaron a debilitar. Y sabemos que tanto la estabilidad mental como la memoria radican en los campos magnéticos que son los que sostienen nuestra memoria y nuestra cordura. La preocupación a este respecto radica en que lo que ahora es conocido como Resonancia Schumann -en honor a su descubridor, el científico alemán que en 1952 predijo la existencia de este fenómeno- se ha elevado en el planeta Tierra de 7,8 Hz a 12 Hz en tan solo 6 años, pese a que estuvo estática en 7,8 Hz durante miles de años.
¿Pero en qué consiste la Resonancia Schumann? Es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extremadamente baja de la Tierra, puesto que el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera se comporta como una guía de onda. Las dimensiones limitadas terrestres provocan que ella actúe como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad es excitada en forma natural por los relámpagos, aunque también influyen las redes de transmisión eléctrica.
¿Qué pasaría entonces en la Tierra si el campo electromagnético se altera? De acuerdo a expresiones de Graciela Flain, en su escrito “Pasaje a la cuarta dimensión”, en el planeta todos los seres vivos se verían afectados, pues se alteraría su forma de pensar. Las personas nos volveríamos agresivas, temerosas. “Los pájaros que siguen los campos magnéticos con sus migraciones se equivocan de lugar y las ballenas encallan en cualquier parte”. Y esto no ocurría un siglo o 50 años atrás. Sucede ahora.
¿Qué deberíamos hacer frente a la amenaza de este cambio cuántico dimensional? Pues revisar desde ahora nuestros paradigmas y comprender que somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal. Que somos parte de una unidad divina o cósmica, como expresa Graciela Flain. Que tendríamos entonces que establecer una relación amigable con los diversos elementos de la naturaleza, la tierra, el aire, el agua y el fuego y pedirles que nos dejen liderar como seres superiores, solicitándoles su colaboración.
Porque estamos seguros de que cuando desarrollamos la parte espiritual y perfeccionamos nuestro vehículo humano o electromagnético, el campo Merkaba, un solo individuo tiene el poder de salvar a 15.000 personas, lo que significa que si en el planeta hubiéramos medio millón de personas actuando al unísono en beneficio de los demás, el mundo cambiaría para bien.