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El Telégrafo

Parálisis gubernamental

03 de octubre de 2013

La Cámara de Representantes de los Estados Unidos, controlada por el Partido Republicano, aprobó el sábado de la semana pasada una ley que extendió la vigencia del Presupuesto Federal hasta diciembre, con la condición previa de que el presidente ordene retrasar por un año su reforma sanitaria, conocida como “Obamacare”, uno de los mayores logros de su mandato. Situación que “no va a ocurrir porque no cederé al chantaje republicano”, advirtió el mandatario.

Era previsible que el Senado, de mayoría demócrata, rechace la iniciativa republicana de vincular por vía de una ley, la garantía de continuidad del Presupuesto Federal con el bloque del “Obamacare”, que proveería de seguro social a millones de estadounidenses y residentes legales.

Como consecuencia de esta pugna de poderes, los norteamericanos amanecieron este martes, con la paralización de la actividad de parte de la administración federal, hecho que no acontecía desde 1996, durante el gobierno de Clinton, suceso que se dilató 21 días. Sin embargo, esta vez se especula que la extrema derecha republicana (Tea Party) ha impuesto en la Cámara Baja la línea dura de “cueste lo que cueste y caiga quien caiga”, con el propósito de desmantelar la reforma sanitaria impulsada por el gobierno de Obama.

Esta situación obligará a unos 800.000 funcionarios públicos a quedarse en sus casas. Además, otro millón de personas tendrán que ir a trabajar sin cobrar sus salarios mientras dure la parálisis gubernamental. Cabe destacar que el gobierno federal es el principal empleador del país, con más de 2 millones de civiles asalariados y 1.4 millones de militares en servicio activo. No obstante, los militares sí seguirán cobrando pese al cierre parcial del gobierno, gracias a una medida aprobada la noche del lunes por ambas cámaras del Congreso y firmada inmediatamente por el Ejecutivo.

Washington y su área metropolitana, donde se concentra la mayoría de las actividades del Gobierno, podrían perder hasta 200 millones de dólares por día mientras dure la paralización.

La emisión de datos económicos se interrumpirá y los parques nacionales, museos, zoológicos, entre otras instituciones, cerrarán sus puertas, pero se mantendrán servicios básicos como el correo, el control del tráfico aéreo, los cheques de pensiones y la actividad de los agentes policiales y de seguridad.   

Lo ocurrido con el presupuesto hace temer una crisis aún mayor dentro de 15 días, cuando el Tesoro alcance su techo de endeudamiento y el Gobierno tenga que pedir al Congreso la autorización para aumentarlo.  

El presidente Obama está ante la difícil disyuntiva de aceptar el estatuto aprobado por los republicanos en la Cámara Baja, que evitaría la continuidad del cierre del Gobierno Federal, dejando sin fondos a su sistema sanitario o, en caso contrario, su administración se abocaría a un colapso financiero sin precedentes, que se llevaría por delante las aspiraciones del Partido Demócrata de mantener el control del Poder Ejecutivo.

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