Una extraña amalgama de actores políticos unidos por el eje transversal de su odio al Gobierno ha decidido ir a la consulta para no sacar ni una sola gota de crudo del Yasuní. Pero curándose en salud, se victimizan por un eventual rechazo de las firmas presentadas y no validadas por el CNE a causa de inconsistencias insalvables que reducirán su número a un guarismo inferior al requerido. La campaña reclamando la consulta suena fuerte e insistente a través de la oposición mediática, súbitamente ecológica. Están en su derecho, pero que los banqueros asomen como defensores del ambiente, ni ellos lo creen, acostumbrados a ver plantas solo de bonsái en la mesita de gerencia.
Ni los unos ni los otros han dicho esta boca es mía en condena a la más atroz contaminación provocada criminalmente por Chevron en nuestra Amazonía. Ocupados en fastidiar al régimen de la Revolución Ciudadana, con una inconsecuencia vergonzosa que les desenmascara en toda su pequeñez espiritual, con su silencio cómplice han coadyuvado a la campaña sucia de la poderosa transnacional en contra del país de todos. En diferentes puntos del planeta se levanta la condena a la petrolera contaminadora, con una hermandad de pueblos defensores de la naturaleza y de las víctimas inocentes. Hasta los palestinos expresaron su rechazo a la mano emporcada de Chevron.
Los complotados, digo los Yasunidos, han convertido su obsesión en la única estrategia de supervivencia política. Pero no deben hacerlo detrás de membretes de una falsa izquierda, tan funcional a las condiciones del sistema, a tal punto que la brutal ofensiva mundial de Chevron en contra de Ecuador, para ellos, es un pequeño incidente frente a la necesidad de salirse con la suya en el tema de la consulta. Y con esa cantaleta se han de pasar hasta 2017, cuando recibirán la extremaunción de su defunción.
A abogados, periodistas de opinión que vendieron su pluma al precio de la traición, diplomáticos reclutados para las relaciones públicas del monstruo destructor, gobiernos vendepatria que con su firma y rúbrica exoneraron cobardemente de las tareas de remediación a Texaco-Chevron a cambio de inconfesables intereses, debe marcarse con el INRI de la lapidación espiritual para escarmiento de los ‘estratégicos’ que ni por error se conduelen del irreparable daño que sufre la patria por acción del imperialismo depredador.