Cuando las élites “gobernaban” el Ecuador, era común que se ejecutaran los “paquetazos”. Imposiciones diseñadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que eran los que realmente mandaban en este país. Las Cartas de Intención (que eran Cartas de Órdenes) eran firmadas por los gobiernos sumisos. Estas medidas consistían, básicamente, en recortes presupuestarios para los sectores de salud, educación y servicios sociales. Eran acompañadas por incrementos en los combustibles, que generaban -a su vez- la subida de los pasajes urbanos, intercantonales e interprovinciales.
En consecuencia, aumentaban los precios de los víveres, los arriendos, la electricidad, el agua, el servicio telefónico. El mal vivir estaba presente todos los días. El pesimismo acompañaba a gran parte de la población. La vida era un círculo vicioso de necesidades insatisfechas. Eso sí, se garantizaba el pago puntual de la deuda externa al que se destinaba aproximadamente el 50% del presupuesto nacional. ¿Lo recuerdan?
Para completar la tragedia, llegaron los días del aciago “feriado bancario” que significó el asalto más grande de la historia, cometido por algunos banqueros corruptos y sus compinches de la politiquería. Millones de ecuatorianos tuvieron que dejar la patria, en procura de mejores días. Ese era el Ecuador en los gobiernos con alma de vasallos. ¿Lo recuerdan?
En estos tiempos, las mayorías desean que continúe la disminución de la pobreza y la exclusión. Que se siga atendiendo a los 310.098 hermanos discapacitados. Las madres quieren que sus hijos continúen accediendo a libros, uniformes y desayuno escolar. Que se construyan más Escuelas del Milenio. En definitiva, ¡que sigan los paquetazos inversos!
Las mayorías quieren que se sigan construyendo hospitales, aeropuertos, puentes. Que continúe la construcción de carreteras de hormigón que duren 40 años. El gigantesco negociado del “mantenimiento anual” -con una manito de brea para tapar los cráteres- ya es cosa del pasado. ¡Que sigan los paquetazos inversos!
Los pobres y la clase media del Ecuador no han sufrido durante cinco años consecutivos, los infaustos recetarios que imponían el FMI y el BM, que pulverizaban los ingresos y hacían angustiosa la vida. ¡Pentapaquetazos inversos!
En los próximos días se va a concretar un nuevo paquetazo inverso (NPI): parte de las utilidades de la banca privada ayudará a financiar el incremento del Bono de Desarrollo Humano. Esto se llama socialización de las ganancias. Esto se llama -simple y llanamente- ajuste de cuentas con la historia.
Las mayorías han decidido continuar al mando de la patria. Eso es todo. Lo demás… son cuentos de banqueros criollos, asesores extranjeros y prensa mercantilista.