Nuestra patria está luchando por lograr su segunda independencia. Lo que exige una mayor participación ciudadana en todas sus formas. Si bien el capitalismo ha fracasado como sistema de vida, todavía falta algún tiempo por desaparecer. Combatirlo es muy duro. Las transformaciones sociales no se hacen de la noche a la mañana. Y peor el cambio de mentalidad.
De ahí que los medios de comunicación, considerados por nuestra Constitución un derecho humano, y democratizados mediante la Ley Orgánica de Comunicación, aprobada el pasado 14 de junio, desempeñan un papel trascendental en el avance hacia el logro del Buen Vivir y, consecuentemente, hacia el llamado socialismo del siglo XXI.
Entre esos medios, el de mayor importancia, a nuestro juicio, es la radio. Históricamente, aun cuando fueron necesarios muchos descubrimientos en el campo de la electricidad, su nacimiento data desde finales del siglo XIX, atribuyéndose al italiano Guillermo Marconi su invención. Mas, fue el ingeniero ruso Alexander Popov el que en mayo de 1895 presentó un aparato receptor de ondas telegráficas, logrando transmitir el primer mensaje telegráfico entre dos edificios de la universidad de San Petersburgo.
La radio es un medio de difusión masiva, que llega al radioescucha de forma personal. Que se expande a todos los sectores sociales y a los más recónditos lugares.
El rol educador del periodismo radial es decisivo en el proyecto social transformador.
Las radios comunitarias y públicas tienen la palabraCon cuanta emoción los jóvenes de mi generación, hace más de medio siglo, en toda América, seguíamos paso a paso desde la Sierra Maestra el proceso revolucionario cubano, a través de un aparato de radio. Por ese mismo tiempo, la humanidad, impactada, seguía a través del transistor el lanzamiento del primer hombre al espacio, Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961.
La radio ha sido en Cuba -por el criminal bloqueo- el medio fundamental de difusión y, como tal, profundamente democrático. Los grandes medios latinoamericanos apoyaron las criminales dictaduras de la Operación Cóndor y los recientes golpes de Estado en Venezuela, Honduras y Paraguay.
Actualmente combaten a los gobiernos progresistas de la región. Están alineados con el neoliberalismo. En nuestro país, no obstante existir un gobierno democrático, la mayoría de la información se maneja tergiversada, conforme a los intereses de la oligarquía y de las clases dominantes manipuladas por el Gobierno de EE.UU.
De ahí que con la ley que dispone en su Art. 106 la redistribución de las frecuencias, 33% para el sector privado, 33% para el público y 34% para los comunitarios, se espera una información que contribuya a incentivar a una mayor participación de los sectores sociales populares en el proceso liberador que vive Ecuador.
La radio es el medio más adecuado para aquello, educando sobre la base al respeto de los derechos humanos y de nuestra Constitución.
Aunque seguramente la nueva tecnología lo reemplace por un nuevo tipo electrónico ‘inteligente’, más ágil en transmitir y más fácil de manejar. Por ahora, el rol educador del periodismo radial es decisivo en la radicalización del proyecto social transformador. ¡Las radios comunitarias y públicas tienen la palabra!