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El Telégrafo

Palimpsesto genético

09 de febrero de 2014

Palimpsesto, palabra proveniente del latín, significa manuscrito que conserva huellas de otra escritura anterior en la misma superficie. Esta técnica centenaria de escribir una información sobre otra preexistente se utilizaba por la escasez de papel y tinta. El término se aplica hoy también en arqueología para describir la sobreposición de estratos. Esta vez la utilizaré para describir un inesperado fenómeno recién descubierto en la genética.

En la década de los 60 del siglo pasado, se describió el código genético y en 2004 se publica la primera secuencia completa del genoma humano; supimos entonces que los humanos teníamos 23 mil genes y que estos se expresaban a través de un solo código genético.

Hoy se han puesto en duda estos conocimientos y sabemos más. No solo hay código genético en el ADN del núcleo celular, también existen genes en unos corpúsculos intracelulares llamados mitocondrias. El código genético del núcleo es diferente, al menos en dos de sus palabras químicas, al compararlo con el de las mitocondrias. Lo asombroso es que el ADN que pensábamos que manejaba un solo código y transmitía una sola información, tiene un lenguaje de órdenes químicas oculto, podríamos decir un palimpsesto genético.

Al menos existirían dos lenguajes del código genético del ADN (...), uno construye y el otro regula. A este nuevo se lo ha llamado código de ‘duones’.

Al menos existirían dos lenguajes del código genético del ADN, uno que solo es de escritura, es decir que construye palabras químicas, por ejemplo el gen de la hormona insulina determina que sea producida por la célula, pero los estudios recientes descubrieron que sobre este código de palabras químicas existe otro que comanda las órdenes genéticas, es decir existen secuencias de genes (palabras químicas) que significan para la célula una orden de cuándo y en qué cantidades debe producir un sustrato, por ejemplo de la hormona insulina u otra sustancia cualquiera. En resumen, un código genético construye y el otro regula. A este nuevo se lo ha llamado código de ‘duones’.

Se ha tardado 40 años para descubrir los duones y, al parecer, no están en todos los genes e incluso su mensaje diferiría entre un gen normal y el de una enfermedad, por lo que llegar a conocer todas las implicaciones del nuevo código abrirá otras puertas al diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Así, se podría reprogramar o bloquear información del gen en una de sus funciones o en las dos (construir o regular).

Los dos códigos genéticos también han desconcertado a los genetistas, ya que al parecer entendíamos bien el ADN y ahora sabemos que hemos descifrado solo uno de sus lenguajes. Surge la pregunta: ¿habrá otros códigos genéticos?

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