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El Telégrafo

Palestina en nuestros corazones

19 de agosto de 2013

La paz Palestina-Israelí es imposible mientras el sionismo gobierne Israel; ellos no van a ceder un ápice en su política de apoderarse de Palestina, aunque para esto deban eliminar a su población.  

Afirmar que el Quijote supera a la Iliada es tan equívoco como comparar los rojos atardeceres de un estío; asimismo, las matanzas nazis y las del sionismo tienen su tinte peculiar que las distingue. Por eso, el crimen de un gobernante de Israel, que hace explotar el Hotel David de Jerusalén con todos los ingleses que lo ocupan o del que masacra a miles de mujeres y niños en los campos de refugiados palestinos, no se compara con el del Canciller alemán que ordena el exterminio de naciones que considera de raza inferior, entre ellas la judía; al primero, el sionismo lo cataloga de amor a la patria y la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel de la Paz, y al segundo, lo llama holocausto.

Los nazis eliminaban a “los enemigos”, sean yugoslavos, polacos, rusos, judíos o gitanos, pero no lo hacían tan descaradamente como lo hacen los sionistas con el  pueblo palestino. Como todavía hay quienes creen culpables a las víctimas, vale la pena recalcar algunos hechos. Las agresiones de Israel son una masacre, por tratarse de una potencia mundial, mientras que a los palestinos, que se defienden con zumbambicos, se les niega incluso el derecho al pataleo.

Este pueblo se halla esparcido por el mundo desde que en 1948 fue expulsado de Palestina, ahora ocupado por Israel; lo perdió todo, y hoy se pretende reducirlo a la nada. Desde hace años, Gaza soporta un férreo bloqueo que le impide a sus habitantes obtener lo indispensable para la supervivencia, una verdadera limpieza étnica. La agresión a Palestina cuenta con el soporte de los países árabes aliados de Israel, de la UE y de los EE.UU., que facilitan su colonización mientras la llamada prensa libre calla sobre este genocidio.

Israel, que desde su creación no respeta el derecho internacional ni las resoluciones de la ONU, amplía ilegalmente sus fronteras robando tierras palestinas sin que nadie sepa sobre qué mismo territorio pretende existir, al mismo tiempo que mantiene presos a miles de niños, mujeres y ancianos palestinos.

Sobre el Estado de Israel y sus gobernantes sionistas Einstein dijo: “Son un partido político estrechamente emparentado con los partidos nazifacistas por su organización, sus métodos, su filosofía política y su demanda social”.

Esto y mucho más se puede decir del sionismo.  Pero como reza el dicho: no hay mal que dure cien años...

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