La actitud de España, Portugal, Francia e Italia no tiene justificación alguna en su comportamiento con el viaje de regreso a La Paz, desde Moscú, del presidente de Bolivia, Evo Morales. No solo porque viola tratados internacionales que conceden el carácter de inviolables a las aeronaves que transportan a un primer magistrado, sino porque se irrespetó de manera permanente la soberanía de la nación boliviana, además de que se afectó severamente a las condiciones básicas de seguridad del vuelo en el que iba el mandatario sudamericano.
Estados Unidos, que sospechaba sin ningún fundamento que en el avión presidencial de Morales viajaría a Bolivia Edward Snowden, convertido actualmente en el perseguido político de las grandes potencias, “ha ordenado a los países europeos detener el avión para registrarlo”, dice el periódico Tercera Información en edición reciente. Y añade: “Obedientemente los gobiernos (…) de Francia, España, Portugal e Italia han acatado las instrucciones norteamericanas y, pisoteando su soberanía nacional, han negado al presidente Evo Morales el paso por sus países. Lo que ha obligado a la delegación andina a esperar durante horas en el aeropuerto de Austria”. Tan solo después de las protestas de las naciones sudamericanas de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Argentina, Perú y Uruguay, que convocaron a una reunión extraordinaria de Unasur, el avión presidencial pudo reiniciar su vuelo a Bolivia.
El presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García Sayán, expresó que los países europeos involucrados en el vergonzoso incidente internacional deben disculparse ante el Gobierno de La Paz y, además, garantizar que jamás se repetirá este hecho. Al respecto se conoce que el presidente Francois Hollande manifestó que, cuando supo que el presidente Morales estaba a bordo, inmediatamente autorizó que el avión presidencial boliviano sobrevolara Francia.
Snowden, que el pasado 21 de junio cumplió 30 años, es un consultor tecnológico estadounidense, experto en sistemas, antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Fue en junio de 2013 cuando Snowden, mediante los periódicos The Guardian y The Washington Post, hizo públicos documentos clasificados como alto secreto, en los cuales se da a conocer el sistema de vigilancia de Estados Unidos dentro y fuera de ese país a nivel mundial, interceptando conversaciones telefónicas, los correos por Internet o instalando en lugares estratégicos micrófonos de alta sensibilidad, lo que el exagente de la CIA calificó como “gigantesca máquina de vigilancia que están construyendo en secreto”.
Después de que los países de Europa, sorprendidos, conocieron del estado de vigilancia en que EE.UU. los mantiene, no podemos explicarnos cómo aún continúan acatando las decisiones y cumpliendo las órdenes de Washington. ¿En dónde ha quedado su soberanía? ¿Cómo permiten que una nación extraña decida su política internacional? Todavía las potencias que han tenido por costumbre abusar de las naciones que consideran inferiores creen que podrían extender hacia el futuro un neocolonialismo despiadado, sin llegar a comprender que ahora Sudamérica se ha constituido en la luz del mundo y, además, que sus gobernantes están dando ejemplo de administración de los pueblos. Que se acabaron los tiempos de desprecio a las naciones que antes fueron sus colonias y que, sobre todo en esta parte de América, no permitiremos ya nunca más el irrespeto a nuestra soberanía y a nuestros pueblos.