Tres compañías mineras explotaron oro desde 1930 en Ecuador: Cotopaxi Exploration Company, en las minas de Macuchi; Outokumpu, desde 1975 hasta 1981, en las minas del Toachi; South American Development Company-Sadco y CIMA-, desde 1896 hasta 1950, en las minas de Portovelo. Estas extrajeron el metal para que los pueblos cercanos permanezcan hasta hoy como congelados en el tiempo, pobres, abandonados, atrasados, sin recursos.
La compañía SolGold en las minas de Rocafuerte, en la provincia de Imbabura, ya está ofreciendo empleo, infraestructura, impuestos, regalías, e inversión en obras de compensación social, cuidado del ambiente, capacitación. Mientras que el Gobierno mira la minería como una de las principales fuentes de ingreso para el desarrollo nacional.
Demasiado oro, plata y cobre en un solo lugar debe alertar a las autoridades para un inmediato plan de contingencia. El control anticipado con actitud proactiva para prevenir el desorden y el caos en esas zonas debe ser una prioridad.
No reaccionar ante hechos consumados puede conllevar a que de la noche a la mañana esos territorios se llenen de vagabundos, delincuentes, comerciantes, prostitutas, sicarios, traficantes de metales preciosos, armas y drogas.
Las autoridades nacionales y locales tienen que planificar para evitar ese caos y, de manera ordenada, construir escuelas, colegios, iglesias, centros de salud, viviendas, unidades policiales, vías de acceso para esas nuevas comunidades que se crean en esos territorios. También deben estar atentos a los efectos del impacto ambiental que conlleve la explotación minera.
Cuidado les sorprenda la fiebre del oro, como lo ocurrido en California-Estados Unidos entre 1847 y 1855. Recuerden que por la plata baila el mono, por el oro y el cobre imaginen ustedes. (O)