La oposición está delineando su estrategia política mientras que el Gobierno afina la suya y, en este marco, se realizaron las movilizaciones sindicales a las que se sumaron algunos grupos sociales que reclamaban por proyectos de leyes que afectan sus intereses.
El movimiento PAIS, frente a la restauración conservadora, de la derecha, responde con la formación de un frente -Unidos- conformado por 15 partidos de izquierda y variopintos movimientos políticos. Entre los primeros, están el Partido Avanza, Socialista y Comunista. En los segundos, Centro Democrático, ARE, Pachakutik Chimborazo, MIR, AVC, etc. Este frente se formó para defender los logros de la Revolución Ciudadana y sus objetivos venideros. Si bien son muchas organizaciones, en los dos primeros de cada grupo está el potencial electoral.
La oposición, en cambio, principalmente de derecha, convocó a una reunión de alcaldes y prefectos para tratar asuntos de interés común pero, al parecer, se están organizando y agrupando para tener mayor capacidad de confrontación y potenciar el poder local. También, en esta coyuntura, se agrega la participación de CREO, un representante del Consejo Empresarial (actuando políticamente) y otros grupos, ante la Corte Constitucional, presentando alegatos contra las reformas constitucionales y solicitan que se convoque a una consulta popular para decidir sobre la reelección presidencial indefinida y otros temas. Sin embargo, este panorama muestra una derecha y oposición desarticulada. Si bien hay 3 segmentos, en esta tendencia, la estrategia es sumar fuerzas para captar el poder político nacional en 2017.
La marcha sindical reclamaba por la posible afectación de conquistas laborales incluidas en la nueva versión del Código de Trabajo, del que no se conoce su contenido, generando incertidumbre. Se sumaron a la protesta los dirigentes de los fondos previsionales que, según proyecto de ley, pasarían al Biess, etc., e iban a participar los empleados de las telefónicas, pero con actitud conciliadora, el nuevo Ministro de Telecomunicaciones evitó su participación en la marcha.
Además, está la polémica con el Municipio de Guayaquil, respecto a la construcción de los puentes en Samborondón (con manejo político), donde vive la clase media y alta, y el traspaso de las competencias de tránsito, que incluiría la fijación de las tarifas de transporte, lo cual pasaría factura a los municipios. Si bien la táctica de confrontación permite mantenerse en la opinión pública, tiene costos, como afectar el potencial electoral y la popularidad. El Gobierno se ha abierto muchos frentes.
El escenario político tiene varias aristas. Este enfrentamiento genera desgaste del Gobierno. Si sumamos las aspiraciones de la clase media, el tema económico, las leyes a aprobarse, etc., se configura un panorama político complicado para 2017. El frente, con nuevas caras e ideas, podrá rediseñar una estrategia y táctica política para enfrentarlo, debiendo repensar alternativas para procesar los conflictos y reafirmar el apoyo popular.