La fracasada intentona del 30 de septiembre contra el régimen o noche tenebrosa de los mediocres quedó en el pasado como estigma de la torpe oposición y ejemplo de lealtad por la acción popular en defensa de la democracia y la Constitución de la República. Pero no se descartan otros ensayos golpistas de la derecha política, la seudoizquierda, los resentidos y la prensa “independiente” que se resisten a perder, definitivamente, sus privilegios y que, tras soportar la derrota electoral recientemente, se alistan mediante el uso de artimañas y la violencia a interferir el avance de los cambios sociales que guía con decisión el gobierno del Buen Vivir.
Los grupos reaccionarios diseminados, sin norte y sin opción de rescatar posiciones en la próxima justa electoral de febrero de 2014, se arman para intentar otras acciones conspirativas. Los hechos revelan la formación de grupos belicosos con instrucciones para provocar el caos y pretender desestabilizar al régimen de la Revolución Ciudadana. Circulan volantes con textos sediciosos instando a los estudiantes a no asistir a clases. “Esta lucha necesita un mártir y la sangre joven es la única que puede detener el desangre de la Amazonía”. La conspiración es evidente, otro cartel dice: “Policía, eres pueblo, únete a la revolución” y “Policía, si no obedeces a corruptos la corrupción no existiría”. Es el estilo sucio que utiliza la derecha reaccionaria, a pretexto de oponerse, sin fundamento, a la explotación de un sector de Yasuní.
La oposición perdedora, a medida que se acerca el proceso electoral de 2014, se torna beligerante y agresiva con los mismos rostros de siempre, solo tomados en cuenta por los medios de comunicación privados, que los alienta con fotografías, notas periodísticas y entrevistas con temas intrascendentes. Lo cierto es que los oligarcas y sus aliados abrirán otros frentes, seguirán vociferando contra el liderazgo de Rafael Correa, instigando movilizaciones y distorsionando los hechos. Como carecen de apoyo popular fingen ser redentores y ya comenzaron a alquilar candidatos amaestrados en su desesperado intento de lograr escaños en los gobiernos seccionales.
La oposición política altiva ayuda a encontrar yerros y posibles soluciones, pero si sus dirigentes promueven el odio y la ambición se condenan al fracaso y a su rápida extinción. Como a los reaccionarios se les agotaron sus argucias en los temas de inseguridad, libertad de expresión y pronto el de Yasuní, no les queda otra alternativa que fraguar la conspiración contra el orden constituido.
Es deber y responsabilidad de los dirigentes de Alianza PAIS organizar y fortalecer los sectores populares, campesinos, trabajadores y estudiantes para garantizar la construcción de la patria nueva, justa y libre de pobreza.