Soñar no cuesta nada, pero seguir soñando lo imposible induce a no despertarse jamás. La oposición política fraccionada sueña con la Presidencia de la República. Si no se logra despertar a la realidad, el mundo se transformaría en un sueño. Los soñadores que integran, ahora, la llamada Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas, alentados por la “prensa independiente”, en una reunión de representantes, postulan a un importante miembro de Montecristi Vive como candidato a Primer Mandatario, ilusamente, con pretensiones de derrotar a Rafael Correa, líder de la Revolución Ciudadana.
A todo ser humano le asiste el derecho a forjarse ilusiones, pero no en actitud desleal fustigar al régimen con el que compartió principios y planes de trabajo. Hoy, con pose abiertamente derechista, promete que en su gobierno “todos podrán hablar libremente y nadie será perseguido”. Qué sarcasmo, el hombre de paz que vocifera sin miedo y convoca a una marcha para protestar contra el proceso de revisión de firmas de las agrupaciones políticas, contradictoriamente, asegura que hay restricción de la libertad de expresión, mientras grita en tono agresivo, desesperadamente, para llamar la atención de sus escasos seguidores.
En el sueño de vencer al Primer Mandatario, el poder mediático engaña y se burla de sus propios aliados. Ayer elogiaba al máximo jerarca de Sociedad Patriótica, difundía con amplia cobertura sus actividades proselitistas, hoy, en la búsqueda del candidato único de la oposición, concede al ex militar dos páginas en una entrevista para fustigarlo e insinuarle que desista de su aspiración presidencial.
Los titulares publicados son reveladores y dicen: “Fue derrotado, pero ahora pide de nuevo el voto”. “Dio un golpe, cambió el discurso de izquierda y apoyó al PSC y a PAIS”. El militar retirado cayó en la trampa. Ahora, acosado y perplejo, exclama: “SP en las próximas elecciones apuntará a captar la Presidencia, no necesariamente con un candidato de su partido, la segunda fuerza política de la Asamblea”.
Se reactualiza la tesis y sueño del candidato presidencial único de la oposición con el auspicio de la prensa comercial, como estrategia para enfrentar y pretender vencer en la próxima contienda al conductor del régimen socialista siglo XXI.
La oposición quebrantada y dispersa, con uno, dos o tres candidatos a la Presidencia de la República, incluye a los mismos rostros de la casi extinguida partidocracia. Carente de líderes, se arriesga a librar su última batalla, pero como vislumbra otra derrota electoral, no descarta repetir intentos golpistas. El presidente Rafael Correa, decidido a continuar con el proceso de cambio, convoca a los ecuatorianos a organizarse para defender la construcción de una nueva sociedad, justa y libre de los explotadores de siempre.