Las revoluciones se evalúan solamente cien años después, como sostiene el semiólogo Umberto Eco, quien, sin embargo, agrega que la única revolución consolidada en América Latina y el Caribe es la cubana. Dicho esto, anticipo una opinión sobre la realidad que se vive.
Izquierdas variopintas están empeñadas en procesos alternos de desarrollo en varios países, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay, Venezuela, aunque en diferentes fases reformistas, hacia la revolución democrática. Hay que añadir los gobiernos caribeños de Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Granadinas, miembros del ALBA, y algunos gobiernos progresistas que tienen en mira el socialismo.
En su mapa geopolítico de América Latina y el Caribe, el sociólogo argentino Atilio Borón, quien visita Ecuador periódicamente, califica de reformistas radicales a los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, y de centro-izquierda a Argentina, Brasil y Uruguay. Es de esperar que superen esa fase y avancen en la profundización de la estrategia revolucionaria, con nuevas rupturas. La Revolución Ciudadana ha ido consolidando al menos 3:
1- Ruptura soberana contra el imperialismo. Una de las primeras acciones del presidente Correa fue el desmantelamiento de la base de Manta y enfrentamientos contra la partidocracia, bancocracia y trasnacionales. Con razón ahora puede proclamar: “Aquí ya no manda el Fondo Monetario, ni las burocracias internacionales, ni países hegemónicos, ni la bancocracia, la partidocracia, el poder mediático, no manda ningún poder fáctico. Con esta revolución mandan los ecuatorianos”.
2- Ruptura de la hegemonía del sector privado neoliberal, que venía minimizando el papel del Estado. La nueva estrategia es el reforzamiento radical del poder estatal, para avanzar al desarrollo alternativo a través de un fuerte gasto público y obtener la equidad en un país con alto índice de Gini.
3- Ruptura de la cultura de evasión tributaria con evidentes avances de una política fiscal que permita financiar el desarrollo con justicia social, contra la pobreza, en varios frentes, educación, salud, vivienda, infraestructura.
La revista Líderes reconoce al menos que “si hay algo que ha logrado la Revolución Ciudadana en los seis años que está al frente de la economía ecuatoriana, ha sido cambiarle el rostro físicamente al país”.
Está pendiente consolidar una reforma agraria integral que asegure la soberanía alimentaria, dando prioridad a la agricultura campesina.
La consigna es ¡a consolidar la Revolución Ciudadana!