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El Telégrafo
Samuele Mazzolini

Oliver Utne: ¿dónde quedó el pluralismo?

22 de julio de 2014

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@mazzuele

No tengo particular afinidad con el ecologismo radical, y menos aún con aquellos sectores que convierten la lucha por los derechos de la naturaleza en una entidad metafísica excluyente. Creo más bien que cada proyecto de cambio social tenga que incorporar el cuidado de la naturaleza, pero sin olvidarse de las demás aristas de la demanda social: un ejercicio que, en algunas circunstancias, puede exigir dolorosos compromisos.

Pero aún más firmemente creo en el pluralismo, y que cada experimento progresista, para ser digno de tal nombre, debe mantenerse necesariamente plural y tolerante. Si hay una lección histórica que las trágicas experiencias del socialismo real imparten, es que ni bien se piensa encarnar la verdad, se está ya al borde del abismo.

Por eso el disenso y el desacuerdo deberían ser hitos inamovibles de cualquier socialismo moderno. Por eso lo que sucedió en los días pasados al ciudadano norteamericano Oliver Utne requiere explicaciones exhaustivas y, de ser necesario, disculpas públicas y reparaciones inmediatas.

Los eventos son, por lo que se conoce hasta el momento en que escribo (lunes, mañana de Ecuador), bastante reveladores: unos ciudadanos estadounidenses son objeto de un control migratorio tras haber participado en el acto de rendición de cuentas de la disuelta Fundación Pachamama en el Jardín Botánico en Quito. A pesar de las declaraciones del Ministerio del Interior, resulta difícil creer que los agentes se encontrasen ahí casualmente: oficiales sin uniformes habían sido vistos dentro el lugar del evento y al acercarse a Utne por primera vez, un agente lo llama por nombre, según lo relatado por el joven norteamericano. Utne no tiene el pasaporte consigo, pero logra que alguien se lo traiga: según la misma Policía, su estatus migratorio estaba en regla. Hasta aquí no hay nada particularmente grave, acaso la sospecha de un rigor deliberado y excesivo hacia un sector que a menudo ha chocado con el Gobierno.

Sin embargo, por razones aún no claras, el joven es detenido y sucesivamente liberado, pero en seguida su visa es cancelada y es invitado a dejar el país, cosa que ocurre en la noche entre viernes y sábado, “para evitar que debido a su situación irregular sea víctima de posibles violaciones a sus derechos humanos”. ¿Cuál situación irregular? ¿Cuáles violaciones? ¿Por parte de quién?

No existen razones por las cuales podemos permitir que una persona con argumentos opuestos o diferentes a los nuestros sea objeto de un maltrato, de una intimidación. A Utne no me vincula ninguna solidaridad intelectual con sus ideales, excepto mi compromiso con la libertad de expresión de los demás. Si el argumento es que el joven es un extranjero, entonces también habría que cuestionar de la misma manera la presencia de miles de extranjeros atraídos por el Gobierno con propósitos políticos (Escuela de Verano, Festival de la Juventud, etc.). No pueden existir dos medidas distintas.

Espero que el Presidente de la República y el Ministro del Interior sepan aclarar de manera convencedora, y no a través de genéricas ilaciones sobre la penetración de las ONG internacionales, lo sucedido. De forma contraria, estaríamos dando prueba de escasa tolerancia e incluso persecución hacia quien opina diferente, proveyendo una válida excusa para los ataques de la prensa y fortaleciendo un sector político sin futuro alguno.

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