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El Telégrafo

Nuevos rumbos para Chile

20 de diciembre de 2013

Luego de la larga y triste noche neoliberal del gobierno de Piñera, el pueblo decidió tomar nuevos rumbos. El domingo 15 de diciembre de 2013 la candidata de Nueva Mayoría fue electa, por segunda ocasión, presidenta de Chile.

La derecha chilena hábilmente inauguró el discurso del ‘sentido común neoliberal’. El mismo que tenía relación con el ‘éxito’ que Piñera había alcanzado en el mundo de los negocios privados (su fortuna personal se calcula en 2.500 millones de dólares) y que, por extensión, lo haría también con la conducción del país.

En mayo de 2011 irrumpe en el escenario el movimiento estudiantil secundario y universitario para cuestionar el modelo neoliberal y educativo. Fueron las movilizaciones más importantes desde el retorno a la democracia. Los estudiantes rechazaban el sistema que tiene una mayoritaria participación del sector privado. En efecto, únicamente el 25% es financiado por el Estado; el 75% lo cubren los estudiantes. El eje de la protesta fue: ‘¡Queremos una educación pública gratuita y de calidad!’.

El tiempo del proceso refundacional de Chile ha llegado. La presidenta Bachelet cuenta con el respaldo de las mayorías para concretarlo.Esta demanda fue respaldada por amplios sectores de la sociedad chilena. Los jóvenes profesionales conocen el problema porque quedaron endeudados de por vida, por el crédito que les permitió concluir sus carreras. Por ello se sumaron a las justas protestas.   

Fueron los estudiantes los que lograron reposicionar el ‘sentido común popular’ e instalarlo con potencia mediante las multitudinarias manifestaciones y con el apoyo de los sectores políticos y sociales progresistas. Un símbolo de esa lucha fue la dirigente estudiantil Camila Vallejo, hoy electa diputada.

El sistema de privatización de la educación se dio en la dictadura de Pinochet, quien promulgó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.

La hoja de ruta de la flamante mandataria podría iniciarse con la promulgación de una Nueva Constitución. Hoy existen las condiciones para terminar con la Constitución que impuso la dictadura fascista de Pinochet, todavía en vigencia, que sería reemplazada por la que elabore una Asamblea Popular con plenos poderes.

El segundo punto sería el cambio del modelo político, social y económico dejado por los neoliberales que se tradujo en pobreza, inequidad y exclusión. Aspectos que son cuidadosamente maquillados por las cifras macroeconómicas.

En cuanto a la política internacional, hay algunos temas pendientes. Por ejemplo: ¿Conviene que Chile siga formando parte del club de países de la Alianza del Pacífico? No cabe duda de que este grupo tiene el objetivo de debilitar a la Unasur y a los procesos de construcción de la Patria Grande.

En cuanto al asunto relacionado con la salida al mar de Bolivia, la nueva mandataria podría iniciar conversaciones al más alto nivel con el Estado Plurinacional, para que las partes puedan encontrar una solución justa y definitiva al viejo problema limítrofe. Los acuerdos a los que se llegaren podrían ser ratificados por los pueblos hermanos de Bolivia y Chile, en una consulta popular simultánea.

El tiempo del proceso refundacional de Chile ha llegado. La presidenta Bachelet cuenta con el respaldo de las mayorías para concretarlo.

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