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El Telégrafo

Nueva Ley de Turismo

21 de octubre de 2012

El proyecto de nueva Ley de Turismo, presentado por el asambleísta Fernando Vélez Cabezas, es una actualización de la ley vigente que básicamente conlleva inmersas las mismas labores estatales que se concentran en el registro, calificación, promoción y sanción a los actores turísticos.

De aplicarse los artículos 64 y 69 de la nueva ley, deberán ser clausurados en forma definitiva miles de hoteles piratas que se dicen hostales, pensiones y moteles, que normalmente sirven de refugio de delincuentes y que no poseen el “Registro de Turismo y Licencia Anual de Funcionamiento” y “para mantener la seguridad y el debido control en la prestación de los servicios turísticos”.

La falta de gremialidad y vocerías es el peor mal que afecta al turismo. La eliminación de la obligatoriedad de afiliarse a las Cámaras de Turismo las ha liquidado y restado representatividad. No llegan a un 10% de servidores turísticos entre sus afiliados, sin embargo, en la conformación del Consejo Consultivo de Turismo se incluye al presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo y a dos representantes ecuatorianos de las Asociaciones Nacionales de Turismo legalmente reconocidas. Esto significa que se mantendrá la marginación y elitismo de estas organizaciones, constituidas así hace décadas, que no incorporan a “todos” los actores y que sobreviven gracias al sacrificio personal y económico de sus dirigentes de turno.

La nueva ley mantiene los viejos conceptos de siempre, por ejemplo al referirse a “Turismo Sostenible”  mantiene la ambigüedad y se orienta solo al ambiente, en tanto que en Costa Rica la sostenibilidad tiene como meta fundamental el bienestar de “las personas”, que mientras más vinculadas a la naturaleza están, más beneficios estatales reciben.

Se menciona en varias ocasiones los “incentivos”, pero no se los especifica. En los países donde el turismo es una política de Estado, los beneficios impositivos son abundantes y concretos. Igualmente el Estado garantiza la promoción de servicios que apoyan la identidad y culturas nacionales, tal como lo hace el programa “Tesoros de México”.

Se hace una extensa mención de tipos de turismo y no se menciona el turismo “de naturaleza”, que es lo que nos caracteriza y la actividad de mayor crecimiento en el turismo.

Se crea el “Centro de Protección al Turista” como un ente de control, lo que está bien, pero debería ser también de información y sobre todo de promoción. En fin, el proyecto no contempla los problemas ni sus soluciones a los viejos problemas que ahogan al sector, ni menciona nuevos elementos fundamentales, como  Internet y la conectividad aérea.

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