Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Nueva Ley de Comunicación no es para las clausuras ni para las persecuciones

25 de mayo de 2013

Con la nueva Ley de Comunicación, la libertad de expresión se consolida como un derecho del hombre y la mujer en su universalidad y deja de ser un privilegio exclusivo de los medios comerciales, prensa, radio y televisión. No se admite postergación alguna, es una realidad, la urgentísima y pronta expedición de ese documento jurídico que pondrá fin al abuso de quienes se creían dueños absolutos de la verdad y los únicos diseñadores de la opinión pública.

Aparentemente, se silenciaron las bullangas, los foros amañados y los concursos de afiches patrocinados por los empleados de los medios privados y los organismos -supuestamente- gremiales, frente a la inminente aprobación de un instrumento, que, por primera  vez en la historia del Ecuador, garantizará responsabilidades, ética, social y jurídica del periodista en el desempeño de sus actividades profesionales. No es para perseguir a periodistas o clausurar medios “independientes”, como insinúan ciertos sabios analistas, ávidos de figuración y políticos fracasados que todavía se amparan como último recurso de supervivencia, en el alero de la prensa comercial.

El periodismo requiere vasta preparación y conocer dónde se originan los problemas sociales, a fin de analizarlos y formular propuestas de soluciónLos periodistas de oposición, frente a la victoria electoral de Alianza PAIS, y convencidos, ahora sí, de la inaplazable expedición de la Ley de Comunicación, disimuladamente, guardan silencio y esperan con rabia la vigencia del documento para reaccionar con nuevas estrategias, peligrosas y hasta subversivas. La prensa “independiente” jamás va a  desaparecer, pero eso sí, su influencia nociva, y ya limitada por la presencia de los medios públicos y comunitarios, entrará en el camino de su extinción. Se sentía la falta de un instrumento jurídico que controlara y regulara el funcionamiento de los medios periodísticos en general, públicos y privados. Se entiende que controlar no significa prohibir, censurar o perseguir, sino la obligatoriedad de los comunicadores de someterse al imperio de la ley como cualquier ciudadano o profesional.

La Ley de Comunicación regirá en un crucial momento histórico de los cambios sociales y económicos que se operan en el continente, y el papel del periodista es de gran valor, pero para desempeñarlo con idoneidad se requiere vasta preparación y conocer a profundidad dónde se originan los graves problemas sociales, a fin de analizarlos y formular propuestas de solución.

El perfil del egresado de Facso sugería, entre otros aspectos: “Regirse con imparcialidad, según los principios éticos y de respeto a sus semejantes, tanto en la elaboración de sus mensajes veraces como en su comportamiento en el medio social. Respetar las opiniones de los demás y tener conocimientos amplios de las funciones del periodismo  para no invadir terreno ajeno a sus tareas específicas. Su misión es orientar hacia el cambio  social. El periodismo  no es poder, es un instrumento al servicio de la humanidad”.

Contenido externo patrocinado