La Organización Panamericana de la Salud (OPS) de El Salvador invitó a una reunión para intercambiar experiencias y planificar investigaciones genéticas sobre una enfermedad aparentemente diferente a la clásica enfermedad renal crónica, que afecta a las estructuras renales produciendo destrucción e insuficiencia en la función de filtración del riñón, con la consecuencia lamentable de que los individuos deben vivir atados a diálisis o trasplante de este vital órgano, o muerte. La OPS, en octubre, catalogó a esta forma rara de afección como enfermedad renal crónica no tradicional (ERCNT) e hizo una serie de recomendaciones para definirla, prevenirla y salvar vidas.
La causa de la afección es incierta. La forma tradicional tiene que ver con trastornos cardíacos, diabetes, hipertensión, autoinmunidad, traumas y reacción a medicamentos y se produce en mayores de 50 años. En El Salvador, así como en toda la costa del Pacífico de Centroamérica, la ERCNT se presenta con una de las mayores prevalencias mundiales, 42 por 100 mil individuos, afecta más a hombres jóvenes (20 a 40 años) que a mujeres, se concentra en trabajadores agrícolas y determina insuficiencia renal grave.
Todo apunta a que esta enfermedad se originaría por exposición prolongada y en altas dosis a cincuenta diferentes tipos de pesticidas
El Ministerio de Salud de El Salvador diseñó un programa e investigación que incluyó 1.500 ítems de análisis en los afectados. Tras meses de trabajo en varias comunidades, se logró caracterizar la nueva enfermedad y darle nombres y apellidos: enfermedad renal crónica no tradicional tubulointersticial. Determina daños específicos visibles tanto macroscópica como microscópicamente, así como produce pérdida, por orina, de varias sustancias dañinas para el riñón.
Todo apunta a que esta enfermedad se originaría por exposición prolongada y en altas dosis a al menos 50 diferentes tipos de pesticidas, muchos prohibidos en el mundo. Se piensa que un 21% de pacientes podría desarrollarla por la automedicación de ciertos antiinflamatorios. También se postuló que la deshidratación prolongada por las altas temperaturas de trabajo de la zona sobrecarga la filtración renal y daña los riñones.
Como existen sustentadas evidencias de la relación entre exposición a pesticidas y la ERCNT, se piensa que hay factores genéticos y étnicos de susceptibilidad a su instauración. Por esto, y la experiencia en trabajos con genotóxicos, desde el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UDLA apoyaremos la evaluación de genes de reparación del daño del ADN, así como de genes de resistencia y susceptibilidad a esta enfermedad. Aspiramos a que finalmente se la defina y se realicen las acciones de prevención adecuadas.