No hay que subestimar a la oposición. Aunque debilitada no cesa, con el auxilio del poder económico y mediático, en armar estrategias, frentes y otros recursos malévolos para obstaculizar el proceso de cambio y hasta conspirar contra el régimen constitucional que rige en el país con la guía de Rafael Correa Delgado hasta la consagración del Socialismo Siglo XXI.
La Asamblea Nacional se estructuró por mandato popular con un bloque legislativo mayoritario de Alianza PAIS. La partidocracia derrotada, definitivamente, pretende resucitar y ya sus escasos seguidores comenzaron a promover movilizaciones de protestas sin fundamentos, con incidencia en esa función del Estado.
Los ecuatorianos, comprendiendo la trascendencia de la jornada cívica del 15 de febrero, libraron decidida batalla y lograron una mayoría de representantes populares en la Asamblea Nacional Constituyente.
Con esa victoria se ha cerrado la entrada a los aventureros de la política, acostumbrados a negociar sus votos a cambio de prebendas y a los tránsfugas que abandonan sus filas porque no les conceden ascensos inmerecidos en la dirección del Parlamento.
Como fracasó en las urnas, la oposición desde afuera indaga otros medios, en complicidad con la minoría, para desprestigiar a la nueva Asamblea, siempre con el apoyo de la prensa comercial que suele dimensionar hechos insignificantes que puedan lesionar al Gobierno del Buen Vivir y ocultar la gran obra social de la Revolución Ciudadana.
En la presidencia de Fernando Cordero, con su vertical dirección, la Legislatura cerró con saldo a favor. En su rendición de cuentas destacó la elaboración de la Ley Orgánica de la Función Legislativa, que ha permitido cumplir y ejecutar la tarea fiscalizadora y control político, aunque algunos casos fueron confundidos con los acostumbrados escándalos mediáticos.
Hoy el nuevo liderazgo en la Asamblea, con el respaldo mayoritario de Alianza PAIS, asume el compromiso de aprovechar ese espacio democrático para continuar el tratamiento y aprobación de los proyectos de leyes pendientes, consideradas urgentes, para una mejor y eficiente administración del Estado; entre sus principales, de Comunicación, del Agua, de Culturas y el nuevo Código Penal.
Ecuador entra en una importante etapa histórica. A una Asamblea Nacional mayoritaria de Alianza PAIS con la dirección de tres mujeres talentosas y fervientemente unidas en el crucial proceso de cambio que lleva adelante el Gobierno de la Revolución Ciudadana, le compete asumir el reto ante la posteridad.
Los trabajadores, estudiantes, campesinos, intelectuales y pueblo en general han entregado a los asambleístas la oportunidad desde su ámbito, de radicalizar las reformas políticas, sociales y económicas en beneficio de los más pobres de la patria. Pero eso sí, no perder de vista a la derecha conspiradora.