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El Telégrafo

Nostalgia por la Base

28 de mayo de 2012

Sin perjuicio de que tengan otros argumentos, los voceros de la oposición y medios como Ecuavisa, no  pueden ocultar el dolor nostálgico, convertido en odio contra el gobierno, por la decisión de terminar con la presencia de la Base de Manta que se instaló para combatir el narcotráfico y crimen organizado.

Diez años de esa Base no arrojaron resultados que satisfagan su permanencia hollando el territorio nacional. Sucede con esclavos que, cuando son liberados, no conciben la vida sin el vínculo con el esclavista: ponen los gritos en los cielos, responsabilizando a los gobernantes por haber liberado la Patria de una base extranjera, y estamos padeciendo a los bandoleros que trafican drogas y vidas humanas.

Si la presencia de una Base militar extranjera ahuyentara a los traficantes, en vez de aumentar su incidencia, habrían desaparecido.

Según Internet, Estados Unidos posee 24.236 bases militares regadas por el mundo; 5.323 en su territorio y no son capaces de detener su consumo que sobrepasa las 11.000 toneladas cada año de cocaína. Siete bases en Colombia y ese país sigue siendo el mayor productor de drogas en el continente.

21 bases regadas por América y es la región de mayor abastecimiento para los gringos, que suman 18 millones que se envenenan a diario con la droga, que genera un movimiento de 11.000 millones de dólares que se desparraman por Latinoamérica para sobornar y corromper a los intermediarios del tráfico.

Una pilche Base como la que añoran con servilismo los alma de esclavos, ni hizo ni hubiera hecho nada para impedir que esta pandemia afectase también a nuestro país.

Los medios solo hablan de los carteles que operan desde acá y nada dicen de los operadores rubios de la frontera gringa hacia adentro, que envenenan al pueblo de ese gran país entregándoles para el consumo miles de toneladas de droga para convertir a ese tráfico en el mayor negocio del mundo.

¿Dónde y cómo operan las tropas afincadas en esas miles de Bases gringas, dotadas de sofisticados radares, y no son capaces de neutralizar este flagelo que perjudica a toda la humanidad?

Deberíamos pedir que salgan a luz los WikiLeaks que en 10 años informaron a Washington sobre la Base de Manta y ver si se justifica tanta añoranza de los esclavos ilustrados que atribuyen a su ausencia la responsabilidad de los vestigios que van dejando los traficantes que operan desde nuestro suelo.

Una simple comparación con Perú y Colombia de lo que nos pasa en materia de narcotráfico, debería silenciar la alharaca con la que diariamente tratan de alarmar a la colectividad ecuatoriana.

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