Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

No habrá controles… por ahora

30 de abril de 2013

La semana pasada, el largamente esperado proyecto de ley para aplicar controles sobre la tenencia de armas en EE.UU. fracasó estrepitosamente en el Senado. Con 54 votos a favor y 46 en contra, la propuesta de Obama no pudo alcanzar los 60 votos requeridos.

La masacre de Sandy Hook, en diciembre del año pasado, en la que murieron 27 personas entre niños y profesores, resultó decisiva para que Obama optara por volver el tema del control de armas –hasta ahora totalmente secundario en su agenda política– una de las causas principales de su segundo período presidencial. Empezó a visitar a menudo a los familiares de las víctimas, dio una serie de discursos ardorosos en su presencia y hasta les llevó al “State of the Union Address” aquella rendición de cuentas que el Presidente de EE.UU. da anualmente ante el Congreso.

Poco a poco, los sondeos empezaron a dar cuenta de una opinión pública cada vez más favorable a la implementación de controles: con el 85% de los estadounidenses declarándose a favor de que se soliciten antecedentes legales para la compra de armas; el 67% a favor de una base de datos federal para el seguimiento de los tenedores de armas; y el 55% a favor de prohibir la compra de semiautomáticas. Recordemos que, en la mayoría de los Estados, cualquiera puede comprar cualquier tipo de arma de fuego, incluyendo armas de grueso calibre, con cadencias de tiro de más de 800 municiones por minuto, con visores nocturnos y lanzagranadas, entre otros gadgets y juguetes.

La modesta propuesta de Obama de establecer un mecanismo de verificación de los antecedentes de los compradores (de lejos la medida más benigna de todas las que se propusieron a lo largo de los últimos meses) fracasó, esencialmente, porque se enfrentó al lobby más poderoso de Washington. Con sumas millonarias dedicadas al financiamiento de candidatos para ambas cámaras del Congreso, el NRA (la Asociación Nacional del Rifle) tiene comprado el voto de la gran mayoría de los congresistas. Quizás nos resulte inverosímil –aunque en EE.UU. esto es de lo más normal y legal–, pero de los 46 senadores que votaron en contra de la propuesta, 43 recibieron aportes económicos del NRA durante sus campañas.

Otro problema es que, a pesar de que existe hoy -por primera vez en décadas- un apoyo mayoritario a favor de implementar estas restricciones, aquellos que aún se oponen a los controles asumen esta posición de forma mucho más enardecida. Los defensores de la libre tenencia de armas tienden a dar mucha importancia al tema en cualquier contienda electoral, mientras que para los detractores de las armas se trata de un elemento más en una larga lista de preferencias políticas. Por esta razón, los senadores demócratas de las zonas más conservadoras del país tuvieron cuidado de no alienar a las bases fanáticas del NRA a la hora de emitir su voto.

El triunfo del NRA podría ser, no obstante, una victoria pírrica. Obama pareciera deleitarse en aquella patente contradicción entre voluntad popular y votación. Mucha gente, hasta ahora poco movilizada, ha salido a expresar su indignación, por lo que, a mediano plazo, esta causa podría galvanizar un cierto apoyo militante hacia el oficialismo. La mística inicial en torno a Obama, que tanto se desgastó después de un primer período lleno de medidas tibias y centrismo cauteloso, podría alimentarse de los destellos fugaces de aquel nuevo sentido común, gracias a la necedad de un pequeño grupo de “viejos hombres blancos” al servicio de un lobby anacrónico.

Mientras tanto, en Colorado, la venta de mochilas escolares antibala está en auge. Son, después de todo, mochilas de apariencia anodina, con los colores y diseños infantiles de siempre, pero dotadas de una lámina a prueba de balas de 9 mm. Los vendedores explican a los padres que no solo cubre la espalda de sus infantes, sino que también se le puede dar la vuelta para usarla como escudo para taparse en caso de cualquier tiroteo en el aula…

Contenido externo patrocinado